Después de ver tantas películas y series sobre extraterrestres invasores a bordo de platillos voladores, los humanos iremos a la revancha y enviaremos a Marte nuestros propios platos voladores. El vehículo se llama Low-Density Supersonic Decelerator (LDSD) y será crucial para las misiones al planeta rojo.
La nave ha sido desarrollada por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por su sigla en inglés) desde hace tiempo y entre sus planes a futuro se encuentra el lanzamiento de este prototipo.
El LDSD es elaborada en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California. Esta especie de platillo, como el que hemos visto en la televisión, es impulsado por un cohete y no está pensado para llevar tripulantes.
El platillo tiene dos sistemas para asegurar su descenso. El primero es un tubo inflable de kevlar que rodea todo el vehículo, el segundo es un paracaídas confeccionado con una fibra de alta resistencia.
Las pruebas comenzarán el próximo 2 de junio en Hawaii, específicamente en un polígono de misiles de la Fuerza Aérea de EE.UU. en la isla de Kauai. El aparato llegará a los 55 kilómetros de altura y alcanzará una velocidad 3,5 veces superior a la del sonido, informó la agencia Itar-Tass.
Según los planes de los diseñadores, el platillo se adjuntará a la base de la nave espacial para asegurar su frenado en la atmósfera de Marte, así como un aterrizaje suave en la superficie del planeta rojo.
El dispositivo está equipado con un enorme paracaídas de 33,5 metros de diámetro, dos veces mayor del que llevó el rover Curiosity a Marte y que debería garantizar un aterrizaje exitoso de las cargas pesadas en la superficie del planeta, incluyendo módulos residenciales y vehículos tripulados para el regreso a la Tierra.
Desde La Plaza / Gizmodo-RT / MC