El fervor por María Lionza sobrepasa las fronteras de nuestro país y esto se evidencia en la devoción que le tienen miles de creyentes a la diosa o reina de la montaña de Sorte, por esta razón un grupo de investigadores yaracuyanos están preparando un proyecto para solicitar a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) la declaratoria del mito de María Lionza como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El equipo está conformado por técnicos y especialistas del Ministerio de Cultura, del Centro de Diversidad Cultural, del Instituto de Patrimonio Cultural y de la Universidad Nacional Experimental de Yaracuy (Uney), quienes desde hace tres años recopilan información para crear el expediente requerido para la solicitud.
El director operativo del Gabinete de Cultura del estado Yaracuy, Luis Gallardo, informó que los estudios están bastante adelantados, por lo que en los próximos meses se presentará el proyecto para su declaratoria nacional y, posteriormente, se solicitará el pronunciamiento mundial.
“El mito de María Lionza se ha restringido sólo al culto que se realiza en el monumento nacional que lleva su nombre, en la montaña de Sorte, pero en realidad va más allá, a espacios a lo largo del río Yaracuy en los que se expresa de diversas formas. Es parte de nuestro acervo cultural, de una riqueza innegable, que bien se merece pasar a ser patrimonio mundial”, destacó Gallardo.
Comentó que el mito reúne, en su forma original, a 22 cortes religiosas, que representan las 22 quebradas que llegan al río Yaracuy y que, de acuerdo con la leyenda, fueron creadas por el Dios Anaconda luego de dormir a 22 guerreros para que velen por la preservación de la naturaleza en ese valle.
Las cortes del rito originarias más conocidas son la India, la Africana, la Médica, la Vikinga, la Chamarrera, la Celestial y la de los Don Juanes.
Apuntó que es un mito vivo, y por ello, con el pasar de los años se han incorporado a él otras cortes que surgen de acuerdo con las necesidades de la sociedad. Refirió que hace 30 años se introdujo la corte Malandra, o corte Kalé, y hace unos 15 la Rosada, o corte sexo género diverso.
“Estamos trabajando en desmenuzar claramente el rito para postularlo ante la Unesco como una manifestación cultural que permite absorber lo que las religiones tradicionales desechan y que da, además, su propio contexto a esos sectores que tienen la necesidad de manifestarse de alguna manera”, acotó Gallardo.
El documento final se concluirá en las próximas semanas para entregarlo a las autoridades culturales del país para su evaluación y adecuación y para elevar al mito al sitial histórico cultural que se merece.
Desde La Plaza/AVN/COM