Caitlyn Jenner es ya un icono del colectivo homosexual y transexual en Estados Unidos y a nivel mundial. Su trayectoria en los últimos meses tras culminar el proceso de cambio de sexo la había colocado en un lugar destacado, pero en el país norteamericano nadie llega a ser verdaderamente una figura sin un discurso reivindicativo y lacrimógeno. Pues bien, Caitlyn ya tiene el suyo, ese con el que pasará a la historia como una de las activistas que más hizo por visibilizar a la comunidad «trans».
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Así lo hizo la noche de este miércoles, al recibir el Premio Arthur Ashe al Valor durante la ceremonia de los galardones ESPY que entrega la cadena deportiva ESPN.
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«Mi petición para ustedes esta noche es que se unan a mí. Las personas transgénero merecen algo. Merecen respeto y de ese respeto se construye un mejor país, una sociedad más empática y un mundo mejor para todos nosotros», exclamó Jenner ante un auditorio totalmente entregado y emocionado.
«Si quieren llamarme por otro nombre, si quieren ponerme apodos, háganlo, porque yo puedo soportarlo», pero pidió que la gente no se comporte así con los adolescentes que se cuestionan su identidad. «Esto no es sobre mí, es sobre nosotros. Aceptémonos unos a otros con nuestras diferencias; ser diferentes no es algo malo».
Durante casi 10 minutos, Caitlyn repasó su vida como Bruce y todo el proceso de cambio que ha atravesado. «Los últimos meses han sido un torbellino de experiencias y emociones. A decir verdad, parece que cada vez que doy la vuelta me pongo en estas situaciones de mucha presión, pero nunca he sentido más presión que en los últimos meses», aseguró.
Vestida con un impresionante modelo de Atelier Versace de color blanco, Jenner disfrutó emocionada del carrusel de imágenes que iban desde su infancia hasta el momento actual pasando por sus éxitos como deportista, entre los que destaca la medalla de oro en el decatlón de los JJOO de 1976. Con la voz del actor Jon Hamm (Don Drapper en Mad Men), el montaje destacó su valentía al afrontar un cambio de género que durante años ocultó.
«Debes aceptar a las personas por lo que son (…) Debes aprender todo lo que puedas de los demás para llegar a conocerlos verdaderamente», dijo en un momento de su intervención, en la que no paró de mencionar, además, la importancia del «respeto» y la «educación».
Entre los asistentes que escuchaban casi sin pestañear se encontraban las hijas de su ex mujer, es decir, Kim Kardashian y todas sus hermanas. También ellas atendían admiradas y con los ojos acuosos a las palabras de su padrastro. «Estoy muy orgullosa de que formen parte de mi vida», les dijo mirándolas directamente.
Al terminar, el auditorio se puso en pie para dar la bienvenida a un nuevo símbolo de las reivindicaciones LGTB.
DesdeLaPlaza.com/elmundo.es/AMB