Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) demuestra que el contacto con la naturaleza desempeñan un papel fundamental e insustituible en el desarrollo del cerebro. Pero hasta ahora, la evidencia disponible sobre cómo influyen los espacios verdes todavía era escasa.
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Para probar la asociación entre la maduración cognitiva y la exposición a los espacios verdes en el hogar y la escuela, un trabajo dirigido por Payam Dadvand y coordinado por Jordi Sunyer, investigadores del CREAL, centro aliado ISGlobal, ha permitido supervisar los cambios en las medidas cognitivas cada tres meses de enero de 2012 a marzo 2013 en casi 2.600 alumnos de primaria de entre 7 y 10 años de edad en Barcelona.
Durante un periodo de 12 meses, la exposición al verdor dentro y alrededor de las escuelas, determinado por datos de satélite, se ha relacionado con una mejor capacidad mental para manipular de forma continua y actualizar las facultades de información conocidas.
Entre ellas destaca la memoria de trabajo y la de trabajo superior, respectivamente, y una reducción de la falta de atención, independientemente de la etnia, la educación de la madre y el empleo de los padres.
Cada incremento del rango intercuartil del verdor total circundante estaba vinculado con un aumento del 5% en la memoria de trabajo, un aumento del 6% en la memoria de trabajo superior y una reducción de 1% en la falta de atención.
DesdeLaPlaza.com/SINC/AMH