La práctica de la danza tradicional ha venido ganando espacio en el estado Vargas gracias a personas como Iván Escobar, cultor carayaquero de pura cepa, de 46 años, quien desde muy niño se escapaba de las prácticas del béisbol, para irse a bailar tambor al pueblo de Tarmas, a escondidas de su padre, Francisco Elías Escobar, artista plástico quien soñaba en verlo convertido en un pelotero profesional.
Leer más: ¡Feliz Día Internacional de la Danza!
Hijo de la señora María Madera, costurera de oficio, Iván es el tercero de los siete hermanos de este matrimonio de origen humilde, proveniente de familias en las que el cuatro, las maracas, el tambor y el arpa formaban parte de lo cotidiano.
Ya a los 11 años era famoso en su escuela, donde todos los años lo buscaban para que bailase La Burriquita. Desde entonces, ha sido La Burriquita de Carayaca, la más antigua de Vargas, reconocida como patrimonio cultural inmaterial de la entidad.
“Me gustaba estar metido en una parranda, en una misa de aguinaldo, tocando tambor y parranda hasta el amanecer. Mi lugar es en los velorios de Cruz de Mayo, en el canto de fulía, en los toques de tambores en Tarmas”, comentó.
DesdeLaPlaza.com/AVN/Gvans