En Japón, desde la década de los 20 se ha hablado del típico hombre asalariado que acude todos los días a su empleo de traje y corbata. Este sujeto, por lo general es descrito como un ser mecánico, sin imaginación, que no sabe divertirse y que sólo tiene ojos para cumplir las órdenes de la empresa. En la descripción tradicional del «salaryman» (Sararīman en japonés) nunca se contemplan la palabra diversión, y lo encasillan como el trabajador que se limita a su pequeño cubículo de oficina.
Esta imagen es la que quiera cambiar el fotógrafo Yuki Aoyama con su nueva serie fotográfica «Solarymen con sus hijas». El profesional, de 36 años, estuvo documentando a estos ejecutivos, o mejor dicho, «salarymen» durante los últimos tres años en diferentes ciudades japonesas. Las fotografías forman parte de una serie más grande titulada «Solaryman», que comenzó hace 10 años y que profundiza y documenta a los trabajadores de oficina del país asiático.
El título no es un error, es la combinación de dos términos «Sora» que en japonés significa «cielo», y «salaryman». En la serie, que se publicó el pasado mes de marzo, el fotógrafo ha pedido a los padres que se expresaran frente a sus hijas. El resultado ha sido muchos padres, en traje y corbata, saltando frente a la mirada, a veces apenada, de sus hijas.
«Los salarymen son criaturas y figuras muy comunes en mi país, que parece que no tienen una personalidad original, ya que siempre usan los mismo trajes, con los mismo colores y zapatos. Yo he tratado de reflejar esa personalidad escondida al hacerlos saltar», dijo el fotógrafo a la publicación «Quartz».
El fotógrafo señala que a ninguna de las hijas se les pidió posar, aunque a cada ejecutivo sí se le pidió que saltara de la forma que quisieran. «Creo que esto expresa la relación ideal entre un padre y su hija. Cuando un padre salta frente a su hija, que no suele pasar mucho, él intentará hacer su mejor esfuerzo», ha dicho.
Las fotos han empezado a circular en las redes sociales con buena aceptación.
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