Este viernes, dos lugares en el mundo -las islas Faroe, al norte de Escocia, y el archipiélago noruego de Svalbard– tendrán la oportunidad de observar un raro eclipse total de Sol.
Si bien este fenómeno no será visible en la mayor parte de las Américas, otras regiones como Europa, el oeste de Asia, el norte de África y un rincón del noreste de Canadá, podrán ver al menos algunas de sus fases.
Pero dejando el espectáculo a un lado, ¿qué podemos aprender de este fenómeno que ocurre en algún lugar del mundo -en promedio- una vez cada año y medio, y que se produce cuando la Luna se posiciona exactamente entre la Tierra y el Sol?
¿Alguna lección? Al parecer, no una, sino muchas.
Como no es muy amante del frío, Huw Morgan, doctor en física de la Universidad de Aberystwyth, en Gales, no viajará para presenciar el evento.
Pero enviará a dos de sus estudiantes ataviados con telescopios y otros equipos a Longyearbyen, la principal ciudad de Svalbard, para estudiar la corona solar.
La investigación es parte de un proyecto de la Universidad de Hawai, liderado por la científica Shadia Habbal, que busca desentrañar «uno de los grandes misterios de la astronomía: por qué la corona solar es más caliente que el resto del Sol».
La corona solar es la capa más externa del Sol, compuesta de plasma. «Pero mientras que la temperatura de la superficie visible del Sol es de cerca de 6000 grados Kelvin, la de la corona (que está más lejos del Sol) es de alrededor de un millón», explica Morgan.
«El eclipse total es la única manera que tenemos para ver la corona con nuestros propios ojos y es la mejor manera de verla con telescopios. Además es mucho más barato hacerlo así que enviar telescopios al espacio».
Con un arsenal de 14 telescopios de distinta longitud de onda, el equipo de Morgan -que desde hace 20 años investiga este fenómeno- espera capturar imágenes detalladas que permitan entender cómo está estructurada, y estimar su temperatura con mayor precisión.
DesdeLaPlaza.com/SINC/AMH