La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, admitió el carácter “democrático” de la multitudinaria protesta del domingo y dijo estar dispuesta a oír la “voz de la calle” y a convocar un “amplio diálogo” con aquellos que “quieran dialogar”.
Rousseff comentó las manifestaciones que el domingo llevaron a las calles de decenas de ciudades a más de millón de personas indignadas con la corrupción en la estatal Petrobras y con la delicada situación del país, y subrayó que transcurrieron en forma pacífica, sin ningún tipo de represión o incidentes.
La mandataria, en un acto celebrado en el palacio presidencial de Planalto, interpretó esos hechos como “una inequívoca prueba de que Brasil es un país democrático que, a diferencia de otros, convive pacíficamente con manifestaciones”.
Asimismo, respondió a algunos grupos minoritarios que se valieron de las manifestaciones para exigir su destitución o incluso una “intervención” militar.
Rousseff, reelegida en octubre pasado para un segundo mandato que comenzó el 1 de enero, sostuvo que en una democracia “se respetan las urnas y la voz de las calles” y celebró que “Brasil es un país que, frente a las invitaciones a la anormalidad política, elige el camino de la democracia”.
DesdeLaPlaza.com/La Tribuna/AMH