Los divertidos personajes del «Chavo del 8» aún son centro de atracción en los medios de comunicación, y está vez le tocó a «La Chilindrina«. Pero… ¿Por qué?.
Pues resulta que la actriz, María Antonieta de las Nieves, presentó su libro llamado Había una vez una niña en una vecindad, pero en esta ocasión no fueron sus declaraciones las que causaron polémica sino su rostro.
María Antonieta lució totalmente distinta, por lo que ha generado sospechas sobre el uso del bótox y, se considera que la comediante pudo haberse «echado cuchillo» para estirarse la cara, ¿será esto posible?.
Ok, miren las siguientes fotografías y saquen sus propias conclusiones:
¿Qué opinas?, ¿será que sí se sometió a una cirugía estética?
Pues luego de esta controversia, en declaraciones a un medio de comunicación, La Chilindrina aceptó que se hacía cirugías ¡desde los 15 años!: «Con una amiguita me fui porque todas se estaban haciendo ese tratamiento…¡Todas! El 80 por ciento de las actrices se inyectaban para verse sexys».
Detalló el momento de cuando se inyectó las piernas porque las tenía delgaditas y las quería con más forma, admitió que fue con un cirujano plástico muy reconocido que, después me operó la nariz. Me paralicé del dolor y ya no podía caminar por las inyecciones en las piernas. Pasó el tiempo, eso fue cuando yo tenía 15 años.
Agregó que se sometió a otro tratamiento estético, porque quería verse más llenita «pesaba 42 kilos», y se inyectó grasa de su mismo cuerpo en la cara: «Me veía muy demacrada, yo decía ‘no quiero verme gorda’, pero sí quería verme más llenita. Me quitaron grasita y me la inyectaron en la cara, se me hicieron bolas horrendas».
Igualmente dio a conocer que la cirugía que casi termina con su vida fue la del busto, pues le pusieron prótesis y «debajo de la prótesis tenía cáncer, de los peores de mi vida, no diré nada, me hicieron una biopsia en mis cinco sentidos no quise que me durmieran, bendito Dios no fue cáncer».
La actriz explicó que para su personaje en la serie de ‘El Chavo del 8’ se fajaba el busto, pero su vida siguió y al casarse y tener a su hijo, a la hora de alimentarlo no quería salir leche: «Se me hicieron bolitas enquistadas en el busto, me las quitaron. Fui con una doctora me quería quitar talla de busto, cuando me vi me sentí ‘Frankenstein’.
DesdeLaPlaza.com/Publimetro/KC