El embarazo no es sinónimos de castidad ni mucho menos. Existen muchos mitos sobre el sexo durante el proceso de gestación, sobre todo cuando se está en estado avanzado… Pero no hay de qué preocuparse, no existen motivos para que disminuyas tu frecuencia en la intimidad, siempre y cuando no haya contraindicación por parte del médico, debido a alguna complicación o si se trata de un embarazo de riesgo.
Por el bebé ni te inquietes, él está bien protegido dentro del vientre materno. De hecho, las hormonas que se liberas lo harán sentirse genial.
Sin embargo, el tamaño de la barriga sí puede ser un obstáculo, pues muchas posturas pueden resultar incomodas, así que aquí te recomendamos cuales son adecuadas para que disfrutes al máximo ese momento de placer.
¡Anímate! Puedes ir probando hasta averiguar cuál se adapta mejor a ti:
Variante del Misionero
Esta primera postura es el tan conocido misionero, pero tu pareja deberá dejar una rodilla doblada para evitar que el peso esté sobre tu barriga.
Al estilo andrómaca
En esta tu pareja deberá tumbarse y tú te sentarás de espaldas encima de él. Las ventajas son varias: tú podrás controlar la profundidad de la penetración, tu pareja disfrutará de buenas vistas y, además, podrá olvidarse un rato de la barriga (que a veces les cuesta).
La cuchara
Túmbate sobre tu lado izquierdo para no sufrir ningún tipo de presión sobre la vena uterina y que tu pareja se coloque detrás, como si fueran dos cucharas. Con esta postura la penetración no es muy profunda y se permiten las caricias sin problema, muy popular en el tercer trimestre.
Cara a cara
Para esta posición deberás buscar una silla cómoda y firme, donde se sentará tu pareja y tú encima de él pero de frente. Las ventajas es que se ven cara a cara y se pueden incluir besos. Evita esta posición después del segundo trimestre.
Al borde de la cama
Esta postura es muy recomendada durante los últimos meses del embarazo. Tu pareja debe estar arrodillada y tú tumbara a los pies de la cama. De esta forma él no echará todo su peso sobre ti.
El clásico “perrito”
Seguro que esta ya la conoces. Su mayor ventaja es que permite una penetración profunda sin ejercer presión sobre el estómago. Para estar aún más cómoda colócate una almohada bajo los codos.
Ya lo sabes, no tienes más excusas para no disfrutar del sexo mientras llega el bebé.
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