Un estudio realizado en 2015 señala que las redes sociales han cambiado la forma que tenemos de ver la vida y ejemplo de ello es que buena parte de la sociedad se acostumbró a decir mentiritas blancas en Facebook, Twitter o Instagram para dar la impresión a nuestros seguidores de que tienen una vida muy agitada y feliz, aunque en algunas ocasiones no es así.
Sin embargo, un nuevo estudio realizado por la web Pencourage ha ido un paso más allá al señalar que más de dos tercios de los internautas padecen de “amnesia digital”, es decir, que tienden a modificar sus recuerdos y creerse las mentiras que han escrito en internet, olvidando lo que realmente sucedió.
A su vez, el estudio determinó que casi la mitad de los encuestados siente paranoia, tristeza o vergüenza al saber que su vida no está a la altura de la falsa imagen que muestran en las redes sociales, lo que provoca que tiendan a cambiar sus recuerdos considerando que esa falacia es real. Así lo corrobora Richar Sherry -psicólogo clínico y miembro fundador de la Sociedad para el Neuropsicoanálisis- en una entrevista recogida por el diario Daily Mail.
“Nuestra necesidad de documentar y compartir nuestras vidas es parte de nuestra naturaleza, pero hay estudios recientes que demuestran que la sociedad modifica sus recuerdos hasta el punto de llegar a cambiar sus vivencias y su naturaleza a través del tiempo. Ser competitivo es normal, pero si nos negamos a ser nosotros puede que dejemos de reconocer nuestras propias experiencias o la visión que tenemos sobre nosotros mismos”, destaca el experto.
En este sentido, el psicólogo señala que la forma en la que usamos las redes sociales está erosionando nuestra identidad personal. Este dato es corroborado por la propia encuesta, la que determina que una de cada diez personas afirma haber modificado sus recuerdos y olvidado la realidad después de haber escrito una mentira en Facebook, Twitter o Instagram. A su vez, los encuestados también señalaron que tienden a mentir de forma compulsiva por miedo a parecer aburridos o por dar celos a los demás.
“Se ha demostrado que incluso el simple acto de imaginar un evento que no sucedió en la infancia aumenta la confianza que, en un futuro, tendrá esa persona de que ese suceso ocurrió de verdad. Los investigadores han demostrado la facilidad con la que los falsos recuerdos pueden formarse a través del uso del lenguaje. Incluso la redacción de una narración en la nube puede modificar la forma en la que posteriormente recordamos un hecho”, completa el experto.
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