“El Gobierno Federal pretende establecer una narrativa oficial de la masacre (de los 43 normalistas en Iguala) y una verdad jurídica con el fin de evadir su negligencia y responsabilidad en los hechos. Trata de ocultar que fue un crimen de Estado y un crimen contra la humanidad. Sin embargo, su explicación está llena de omisiones, inconsistencias y contradicciones”.Estas son las conclusiones del reportaje del diario londinense The Guardian, firmado por Luis Hernández Navarro.
El diario destaca que el pasado 23 de septiembre, el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto recibió por parte de la Appeal of Conscience Foundation (Fundación por un Llamado a la Consciencia) el Premio Estadista Mundial 2014 (World Statesman Award) por el liderazgo que ha demostrado al tomar “difíciles decisiones que buscan impulsar a su nación y su pueblo, y por ser un actor en la responsabilidad global comprometida al desarrollo económico y social”.
Tres días después, puntualiza, su Gobierno entró en la crisis más profunda y más dramática de toda administración mexicana desde 1968. “En las semanas posteriores, en las aulas, en las calles y en las redes sociales, millones de ciudadanos enojados, especialmente los jóvenes, han estado exigiendo la renuncia de Peña Nieto.
El Gobierno Federal ha llegado a la deriva. Su estrategia parece ser la de ganar tiempo, esperando a que el descontento desaparezca y un milagro aparezca”. De acuerdo con el periodista, hay varios hechos relacionados que explican “la masacre”. En México los normalistas de las zonas rurales son estigmatizados porque su compromiso con la reforma social desagrada a las élites económicas y políticas
Desde la Plaza/Sin Embargo/AMH