Varios estudios indican que cantar incrementa los niveles de felicidad. Sin embargo, esta actividad no es únicamente buena para el estado de ánimo, se ha demostrado que proporciona múltiples beneficios a la salud en general, disminuyendo el ritmo cardíaco, los ronquidos y la apnea nocturna, entre otros.
Mejora el ánimo
Al cantar el organismo produce endorfinas, lo que causa una sensación de bienestar y alegría. Por este motivo, el canto empieza a utilizarse como una ayuda más en el tratamiento de la depresión y la ansiedad.
También, cantar en un coro reporta beneficios complementarios, mejora la autoestima, además de generar satisfacción y orgullo.
Vivir mejor
Recientes estudios han demostrado que el canto disminuye el ritmo cardíaco y la presión sanguínea. Es una actividad aeróbica que mejora la eficiencia del sistema cardiovascular, relacionadas con la reducción del estrés y con la longevidad. Asimismo, aumenta la oxigenación en la sangre y en el cerebro, manteniéndonos más alerta.
El canto ejercita los músculos abdominales e intercostales, y mejora la postura corporal. Es una actividad adecuada para cualquier edad. Si se realiza bajo la dirección de profesionales que enseñen la técnica, se aprende a respirar utilizando la totalidad de la capacidad, lo que según indica Caroline Elston, del hospital London Kings College, es beneficioso para distintas patologías de pulmón, tales como la obstrucción crónica pulmonar.
Menos enfermedades
Según un experimento llevado a cabo en la universidad de Frankfurt, se ha descubierto que el canto refuerza el sistema inmunitario. Para el estudio se observó a todos los miembros de un coro y al público. Tras una interpretación del Requiem de Mozart, los cantantes mostraron niveles más altos de inmunoglobulina A y cortisol (ambos señalan un sistema inmunitario fuerte) que las personas que solo habían escuchado la música.
Noches sin apnea ni ronquidos
En el hospital Royal Devon de Exeter, Inglaterra, se está llevando a cabo el siguiente experimento, con muy buenos resultados: diferentes pacientes reciben clases de canto para dejar de roncar y para tratar la apnea nocturna.
El éxito tiene una explicación sencilla: en muchos casos los ronquidos se deben a la debilidad del paladar blando y del tracto superior de la garganta. La apnea, a su vez, tiene una conexión directa con dichos músculos y con la respiración. Al aprender a cantar y hacer ejercicios de vocalización, los pacientes ejercitan los músculos, lo que en muchos casos mejora la apnea y disminuye los ronquidos.
Recupera áreas dañadas del cerebro
Se ha demostrado que el canto mejora los problemas de memoria, demencia o incluso Alzheimer. El canto ejercita la memoria y la concentración ya que hay que prestar atención no solo a las palabras, sino también a la melodía y al ritmo. Por otra parte, puesto que se trata de una actividad que se disfruta, se obtiene una gran relajación.
La parte del cerebro que procesa el lenguaje no es la misma que procesa la música. Se ha observado que muchas personas que han perdido el habla por diversas causas, pueden articular palabras cantadas, por lo que se empieza a usar el canto como terapia para que estos pacientes aprendan a hablar otra vez.
Cantar en la tercera edad
Estudios llevados a cabo en un coro de la Levine School of Music en Washington D.C. demostraron que cuando personas mayores a 55 años participaban en actividades de canto, manifestaban cambios positivos en su salud.
Las personas que fueron analizadas declararon sentirse mejor en su vida diaria, no solo cuando están cantando. Además, tienen menos necesidad de medicación y han mejorado la motricidad y coordinación.
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