Celos, cinco letras que reúnen varias emociones que pueden llevar a terminar la relación de pareja, bajar la autoestima de quien lo siente, y a veces se pierde la confianza en establecer una nueva. Para algunas personas los celos son muestras de querer a la pareja para otras inseguridades en la relación que se lleva.
A la persona celosa le cuesta aceptar que su pareja, es independiente y puede diversificar sus afectos en diferentes vínculos: hijos, padres, amigos, compañeros de trabajo e, incluso, ex parejas. El celoso quiere exclusividad, ser poseedor único del amor y la atención. Por lo tanto, se constituye como una forma de dependencia que subestima las capacidades propias en pos de que el amor, las recompensas afectivas provengan siempre de otro, quien adquiere la figura del típico proveedor.
Una pareja embargada por los celos pierde la paridad, la equidad que debe existir para aceptar la autonomía, la historia previa de cada uno y los deseos de proyección hacia un futuro. El presente se convierte en un desagradable acto de incomunicación, ocultamiento de acciones inocentes y discursos vanos. Y todo para no despertar la más mínima sospecha.
La falta de confianza en sí mismo lleva a las personas a ser inseguras y se sienten menos merecedoras del amor de su pareja y estos les llevan a desconfiar de la espontaneidad y amor de su pareja. Siempre está pensando que su pareja va a encontrar alguien mejor.
En esta era de tecnología y teléfonos inteligentes la búsqueda de los celosos en pruebas de una posible traición de su pareja tiene nuevos escenarios de control y supervisión: las redes sociales. Quién le da un like a la foto de mi pareja, a quién sigue en instagram y quienes están en sus contactos de facebook.
A esto le sumamos las conductas tradicionales que emite un celoso como querer controlar la forma de vestir, la escogencia de las amistades, las horas de llegada y salida, revisar la cartera y ropa de su pareja.
Es frecuente escuchar: “con esa ropa vas a salir” “está más horas con tus amigas que conmigo”, “con los amigos se divierte, conmigo es un amargo”, “con la ex habla como si fuera su amiga”, “todo el tiempo para los hijos, nada para mí”. Cuando se instala la sospecha, son capaces de organizar pesquisas con el fin de agarrar in fraganti a él o ella, revisan mensajes, e-mails, papeles y están atentos a cualquier movimiento o gestos de la pareja.
Punto de partida
Es de suma importancia observar los tratos verbales y físicos de la pareja. Desde el comienzo del noviazgo se expresan estas conductas de celos, pero como la pareja está en la etapa de la limeranza, donde todo es perfecto, no logramos detectar o se puede ver, pero se piensa que la pareja va a cambiar en el transcurso de la relación.
Si estás comenzando un noviazgo y tú pareja busca controlar o cambiar tu forma de ser o estilo de vida, es preferible terminarla a tiempo antes de entrar en el juego macabro de estar con alguien que dejará un desgaste emocional y terminará en una relación tormentosa. El motivo que más se repite en los casos de violencia familiar, son los celos. Si la persona celosa no reconoce y busca ayuda profesional para establecer las causas que lo llevaron a desconfiar de la pareja seguirá sintiendo celos.
Celos vs deseo
Cuando en la pareja hay un celoso, la sexualidad sufre reveses: hay disminución del deseo y frecuencia sexual, malestar a la hora de la intimidad, irritabilidad, condicionamientos por experiencias anteriores fallidas, dificultad para la entrega, la relajación y el disfrute de la función sexual o temor de ser abandonado, entre otras cosas.
Los celosos se irritan con facilidad y alteran el encuentro sexual. A la hora de tener sexo, la idea de celotipia puede estimularlos, mezclando el impulso sexual con ira y desinhibición. También expresan fantasías como nunca lo habrían hecho: “¿te gustaría que otro te haga el amor?” o “¿con quién disfrutas más?”. O monólogos que se repite como: “debe tener un amante y me está comparando”, “con él o ella disfruta más”. En esta fases es de suma importancia tener cuidado porque el celoso puede tener agresiones físicas contra la pareja.
Hombres o mujeres: ¿quiénes somos más celosos?
No es un tema de género en la expresión de los celos. Ambos pueden ser celoso, hay unos que lo sabes y otros no, celan de forma natural. Unos quizás no tan agudos y otros más al externo de llegar hacer patológico, estos últimos están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad y depresión y suelen ser destructivos para la relación.
Resolver este tema junto a un terapeuta es una excelente manera de fortalecer la relación y crecer como pareja. Es fundamental enriquecer la seguridad y autonomía de cada miembro de la pareja en relación al otro y, al mismo tiempo, entender que la confianza mutua no será traicionada porque el amor es un acto voluntario, no obligatorio. El amor y la relación de pareja se basan, principalmente en el respeto y admiración mutuos.
Rina Morales Mera
Orientadora en sexología
tw: @rinamoralesmera