Los supersticiosos deberían quedarse en casa esta noche, arroparse bien debajo de las sábanas y procurar no tentar a la suerte. ¿Por qué? Por primera vez desde hace casi un siglo, el plenilunio, esa fase lunar asociada a diferentes fenómenos mágicos como la licantropía, coincide con una mitológica fecha del calendario romano, también relacionada con el infortunio: viernes 13. Doble calamidad.
La última vez que se produjo una coincidencia similar fue también un 13 de junio, pero de hace 95 años. El próximo no volverá a ocurrir hasta el año 2098 por lo que, con toda probabilidad, el fenómeno de esta noche será el único de su vida. ¿Hombres lobo? ¿Vampiros? ¿Bestias devorahombres?
La rica mitología popular no ahorra en terroríficas descripciones de hombres que se transforman en lobos durante las horas que dura el plenilunio o de maldiciones gestadas en viernes 13. Pero las leyendas pasan desapercibidas en nuestra psique, y de ahí las numerosas fobias relacionadas con estas fechas: desde la selenofobia (temor a la luna llena) o collafobia y triscaidecafobia (temor al número 13).
Viernes 13, aumentan los accidentes
Estas fobias están más presentes de lo que comúnmente se piensa, y aunque la Ilustración logró apaciguar las supersticiones que reinaban previamente en la sociedad, sus ecos aún atormentan a numerosos mortales. Místicos, sí, paganos, también, ilusos… no tanto. Si se revisa la literatura científica sobre estas dos cuestiones concretas (la de la luna llena y la del viernes 13), dejan ciertas puertas abiertas, cuanto menos, a la duda. Tanto es así que, según el Stress Management Center and Phobia Institute de EEUU, se estima que alrededor de 20 millones de norteamericanos sufren este tipo de fobias.
Investigaciones publicadas en revistas pesudocientíficas al margen, no son pocos los estudios que han analizado estos fenómenos con resultados sorprendentes. Uno de los más impactantes y citados fue uno publicado en el British Medical Journal hace ahora dos décadas.
Los autores se dedicaron a comparar las estadísticas de accidentes de tráfico, entre los años 1989 y 1992, en una región británica según el día del mes. La conclusión fue que, de media, los accidentes con y sin víctimas producidos los días marcados en el calendario como viernes 13 aumentaron en un 52%. Para tenerlo en cuenta.
Por intuición o por datos estadísticos, de lo que no hay lugar a dudas es que una buena parte de la sociedad siente auténtico respeto por los viernes 13. Una realidad que no se les escapa a las aseguradoras. Según un informe del Centro Holandés sobre Estadísticas para Seguros (CVS) de año 2008: “Cuando el día 13 del mes cae en viernes desciende el número de accidentes laborales y de tráfico, principalmente porque la gente tiene más cuidado o, simplemente, opta por quedarse en casa”.
Plenilunio, sin apenas efectos, según la ciencia
Los efectos de la luna llena en el comportamiento de las personas, según los estudios científicos que han indagado sobre esta cuestión, son bastante menos fatalistas. National Geographic hizo una serie de investigaciones sobre el tema, llegando a la conclusión de que, por lo general, “no resultan coherentes”, pues algunos de ellos reportaban efectos positivos del plenilunio en el comportamiento humano y otros negativo. En tal caso, en todos ellos los efectos encontrados fueron prácticamente nulos.
La creencia entorno a los efectos de la luna llena tiene más de cultura pagana que de científica. Si bien es cierto que siguen asociándose con el insomnio temporal, la demencia (de ahí términos como lunático) y con fenómenos como la licantropía, no existen pruebas sólidas al respecto. Eso sí, las mareas están provocadas, principalmente, por las fuerzas gravitacionales que ejercen la luna y el sol sobre el planeta.
Por otro lado, el número trece fue asociado desde la antigüedad al mal augurio, ya que en la Última Cena de Jesucristo trece fueron los comensales. Asimismo, la Cábala enumera a 13 espíritus malignos, al igual que las leyendas nórdicas. También el Apocalipsis, cuyo capítulo 13 corresponde al Anticristo.
Independientemente de las evidencias científicas o de las interpretaciones históricas, lo que está claro es que esta noche no será baladí para muchos.
Desde la Plaza/El Confidencial/ AMH