La perfecta ama de casa (con Ana Teresa Sifuentes, RCTV, 1954) – Desde mi cocina (con Dino D’Avanzo, Televen, años 90) – Portada’s (Venevisión) – TVES en la mañana – Sabor a pueblo (VIVE) – La alquimia del chef (Rómulo Hidalgo, PNI, TVES) – Venezuela no puede seguir produciendo alimentos para 24% de la población, como en el siglo XX – Se abre la oportunidad para la TV culinaria, y el culto a la alimentación.
La llegada de los programas de cocina a nuestra televisión venezolana, tenía dos fines: posicionar los productos que se vendían a través de la publicidad (lo que influyó negativamente en la alimentación del venezolano, convirtiéndola en exceso de harinas, grasas, y productos importados por el descontrol de un país que no supo usar su riqueza petrolera) y ratificar el diseño de la sociedad de la época (la mujer es quien realiza los trabajos propios del hogar, el hombre es quien aporta el dinero, desigualdad de género, irrespeto a la libertad de elección, y pensamiento).
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No sería sino gracias a la crisis de finales del siglo XX que la mujer sale del hogar, ‘obligando’ al hombre a alternar las labores del hogar con su trabajo, cada vez más exigente para cuidarlo, porque crecía el desempleo.
Salvo en las zonas alejadas de Caracas, que resistían la transculturización y la improductividad de la ‘Venezuela saudita’, la cocina producida en Venezuela carecía de opciones, no solo en la calle, invadida por el hambre que hoy no tenemos, sino en la TV. Teniendo variedad de papas, ajíes, ocumos, y riqueza en proteína animal que nos da, casi gratuitamente, nuestra biodiversidad (principalmente nuestros mares), la cocina por TV solo presenta dos o tres ‘platos tradicionales’, en cuyos ingredientes está el ‘patrocinante’ trasnacional, para estimular su compra.
Es hoy, donde el 96% de Venezuela come 3 veces diarias, donde quedó atrás el país del 20% de malnutrición, de los niños ‘tripones, millonarios de lombrices’, cuando se evidencia el desgaste de los programas culinarios. Los hábitos impuestos que salieron de nuestra cocina en TV nos han enfrentado a la obesidad, el colesterol, y demás enfermedades, sin contar el uso de esos alimentos impuestos como chantaje para lograr fines económicos y políticos, bien sea a través del desabastecimiento programado, o de los sobreprecios.
¿Cómo cambiar, para lograr un culto a la alimentación que no solo produzca salud, sino que derrote la guerra económica, estimulando el producir nuevas formas de nutrirse? La crisis, sin duda, es la oportunidad histórica para que Venezuela aprecie, hasta el punto de la exportación, su riqueza no petrolera, y urgentemente, cambie su forma de alimentarse.
La nueva televisión que se hace en Venezuela trajo nuevas opciones en programas culinarios. VIVE trajo ‘Sabor a pueblo’, y la PNI ha aportado opciones, como ‘La alquimia del Chef’ (recientemente de vuelta a TVES), donde Rómulo Hidalgo muestra cómo se hace que se cocina, y de dónde nace, para estimularnos a producir lo que comemos.
Pero si el estado no trabaja en una política pública alimentaria, que tenga su expresión en la TV, nada hacemos. No basta un programa, o dos, que cambien de modo solitario las cosas. Necesitamos todo un sistema de programas de TV que no solo enseñen a cocinar, sino a conocer y producir toda la cadena (sembrar y cosechar) y especialmente, hacer cotidiana la comida más tradicional y sana que tenemos, para cambiar lo que es cotidiano: refrescos, harinas de maíz precocidas, dulces llenos de azúcares, todo lo que nos impuso insensatamente el petróleo.
Nadie puede contrabandear o ‘bachaquear’ lo que no está empacado, se consigue de modo fácil, y se nos da en abundancia, al precio justo. Nadie puede darnos basura, cuando comemos calidad. Hoy en Venezuela hay empleo y bolívares, pero falta convertir los dólares que se otorgan en verdadera producción no petrolera.
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Nos merecemos la mejor alimentación, de la forma más soberana, y como la comida, la TV que promueva nuestra diversidad alimentaria, nuestro nuevo culto a la buena alimentación, puede exportarse.
DesdeLaPlaza.com / Ennio Di Marcantonio D.G.
Periodista – PNI – Músico