Según el refranero popular, “el perro es el mejor amigo del hombre”. Pero Dindim es un pingüino que pone a prueba esa perfecta amistad. Este ejemplar de ave de Magallanes nada 8.000 kilómetros cada año desde las islas Malvinas hasta Brasil para reencontrarse con su inseparable amigo Joao, un albañil y pescador brasileño que en 2011 lo salvó de todo un baño de petróleo. Una historia que parece de cuento, o así lo recoge al menos un reportaje en la cadena Globo TV.
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Joao Pereira de Souza es el afortunado que goza de tan particular visita desde que rescató al animal en 2011 en una playa de un pueblo cercano a Rio de Janeiro.
Souza lo encontró cubierto de alquitrán y moribundo. Inmediatamente lo limpió, lo alimentó con sardinas durante 11 meses y, una vez sano, devolvió el ave de regreso al mar.
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Pereira no esperaba volver a ver al pingüino después de haberlo devuelto a su hábitat, sin embargo, meses después el ave apareció en su vivienda y se quedó en ella por un periodo de ocho meses.
Desde entonces, el viaje desde las Islas Malvinas hasta la playa donde fue salvado, para reencontrarse con su rescatador, se ha convertido en toda una historia de amor.
El lazo entre ambos se afianza cada vez más: «Solo yo puedo tocarle. Si otra persona intenta acariciarle, le ataca”, cuenta el jubilado en su entrevista. «Le quiero como si fuera mi hijo».
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DesdeLaPlaza.com/Agencias/COM