En los últimos meses se han presentado múltiples casos de linchamientos en el territorio nacional, perpetrándose mayormente en distintas zonas de la región capital como en La Candelaria, Los Ruices, Lomas del Ávila, Caricuao, Petare, entre otros. Incluso dentro de las instalaciones del metro de Los Cortijos.
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Uno de los factores imperantes en la mayoría de estos actos de agresión colectiva, es que no responden a crímenes atroces y abominables, como violaciones, sino que han sido producidas por hechos menores como robos.
Pero, ¿Cuáles son las principales causas que producen esta reacción colectiva?
Ante esta interrogante, la psicóloga María Luisa Martínez, contó a DesdeLaPlaza.com que este tipo de fenómenos se originan comúnmente en sociedades o comunidades donde se vive mucha impunidad durante largo tiempo.
La especialista detalló que los linchamientos se presentan particularmente en zonas donde «ocurren crímenes como robos, asesinatos, violaciones o del tipo que sean, y no hay una respuesta por parte de las autoridades, por los que las personas se van sintiendo cada vez más frustradas por estos sucesos».
«La frustración acumulada hace que la gente explote»
En este sentido, argumentó que estas reacciones colectivas se producen como una respuesta natural de aquellos ciudadanos que están agobiadas por la manifestación usual de estos crímenes.
«El instinto de autodefensa que tienen las personas que se encuentran generalmente reprimidas, sale a flote. La frustración se va acumulando a lo largo del tiempo hace que la gente explote y se generen estos fenómenos», subrayó Martínez, quien es egresada de la Universidad Central de Venezuela.
¿Los linchamientos ocurren solamente en zonas violentas?
La experta en psicología clínica dinámica, planteó que estas reacciones no necesariamente puede generarse en regiones hostiles. «También pueden presentarse en una zona que no haya sido violenta previamente, pero que por la situación de impunidad, las masas finalmente deciden tomar la justicia por sus propias manos, en vez de dejarlo a los organismos del Estado».
«En un sector con alto índice de criminalidad es más probable que se observe este tipo de reacciones, pero si estos crímenes son contrarrestados con justicia no suelen darse este tipo de fenómenos«, aseveró.
Sin embargo, precisó que sí se han visto casos de agresión colectiva sin esos precedentes de impunidad, pero que son hechos realmente aislados.
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Seguidamente, para ilustrar sobre algunos de estos casos poco comunes, Martínez se refirió al reconocido linchamiento de Canoa (México) en 1968, donde los pobladores acusaron de comunistas a los trabajadores de la UAP y los agredieron, quitándole la vida a dos de ellos.
Pero los ciudadanos de la comunidad de Canoa, desconocían que los acusados no eran comunistas y los asesinaron por error.
«Los agresores no sienten culpa»
«Cuándo ocurren los linchamientos, se pierde la identidad de cada una de las personas que forman parte de esa masa, por lo que pasan a tener una especie de identidad colectiva por ese breve lapso de tiempo que dura el linchamiento», respondió la experta cuando se le preguntó si los agresores no tienen un ápice de culpa.
Además, añadió que en el momento de la agresión, las personas de alguna manera no experimentan esta sensación, porque en sus mentes, todo sentimiento de culpabilidad se desvanece.
«Evidentemente, un linchamiento es un crimen, lo que pasa es que al estar perpetrado por muchas personas a la vez, éstas, pierden su identidad momentáneamente al formar parte de la turba que ataca a la persona que es linchada. Entonces, sienten que la culpa no va a recaer entre ellos, sino que se va a disolver entre tantas personas», argumentó la psicóloga, quien también tiene un postgrado en criminalistica.
Finalmente, fue enfática al asegurar que estas personas agresoras pasan a formar parte de una identidad grupal o identidad de masas, pero que igualmente un linchamiento no deja de ser un crimen.
DesdeLaPlaza.com/Kelvin Castillo