Las pieles se erizaron para quienes leyeron Las historias más aterradoras del Metro de Caracas. Ahí develamos las insólitas y aterradoras historias del Metro de Caracas, como: “la novia de los dientes”, “el mecánico del tren fantasma”, “la niña flotante” y “el pasajero perdido”.
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Por eso, te presentamos esta segunda entrega con otros cuentos tenebrosos de las estaciones de Petare, Los Cortijos, Los Dos Caminos, Chacaito y La Rinconada, los cuales te volverán a asustar.
La paciente diabólica
En la estación Petare, de la Línea 1 del sistema Metro de Caracas se cuenta la historia de una mujer que aparece en el desahogo (descanso donde labora el personal operativo) y en la sala de primeros auxilios. Los trabajadores relatan que se trata de una paciente, que “aparece vestida con una bata de quirófano y una vía intravenosa colocada en el brazo izquierdo”.
Quienes trabajan en el horario nocturno, suelen escucharla llorando y gritando “¿quién me va ha atender? Uno de los operadores comenta desde el anonimato, que la paciente diabólica -así llaman a la fantasma-, solo logra verse por medio del monitor de las cámaras de seguridad y al recorrer los pasillos de la estación se escuchan sus lamentos. “La mayoría se asusta y después no quieren entrar solos a las distintas aéreas de la estación», narra el empleado de metro
El Eco
Al realizarse las labores de cuidado en los túneles de la estación Los Cortijos, aproximadamente a las 12:00 am los trabajadores relatan que se escucha un extraño “eco”. “En las labores de mantenimiento del túnel cada cierto tiempo suelen escucharse el eco de personas trabajando en la oscuridad (… ) se empiezan a oír ruidos metálicos. Una noche escuché con claridad el sonido que emite el martillo al golpear el metal”, declaró el supervisor que no quiso dar su nombre.
Al evocar el suceso se le observa al trabajador el rastro de miedo por aquellos ruidos de la madrugada; sus compañeros no pensaron que era algo paranormal, por eso esperaron salir de la jornada. “Eran como a las 3:00 am, por curiosidad, nos acercamos a la zona para saludar a las personas que supuestamente estaban trabajando, sin embargo, al adentramos en el túnel, solo había oscuridad… nadie estaba trabajando”, explicó el jefe de operaciones.
La caminante
En la estación Los Dos Caminos relatan la historia que una mujer suele aparecer caminando en la oscuridad de los túneles.
Un trabajador del área de seguridad, nos comenta lo que espera sea su primera y única experiencia paranormal: “Una noche, mientras realizábamos el chequeo y control de acceso a la estación, para controlar los trabajadores que van a laborar en los túneles, vemos por uno de los monitores de seguridad el ingreso de una joven a las vías del tren”.
Impactados por lo que vieron, el encargado de la seguridad de la estación del Metro y su compañero decidieron llamar por radio a los operadores que se encontraban cerca del andén, “nosotros les indicábamos por radio y dije ‘está caminando en vías, está en las vías del tren’, pero los operadores no observaban nada y mientras pensaban que era una broma de mal gusto, pudimos ver como la mujer desaparecía en zigzag”.
El espectro del grifo
En el baño del cuarto de la sala de primeros auxilios de la estación Chacaíto, se siente y aparece un espectro que ronda en la noche. La imagen de una niña suele ahuyentar al personal, la descripción de este evento, sin duda, es aterrador.
“Era una jornada laboral normal, jamás pensé que vería eso pues no creo en esas cosas», contó el operador. Su relato siguió: «En la noche, tras organizar los papeles decidí acostarme a dormir en la sala de primeros auxilios, apagué las luces para descansar y escuché el sonido del grifo del lavamanos abrirse».
«Me levanté y observé que el grifo estaba cerrado. Mi cansancio era tal que decidí ignorarlo, apagué la luz y me acosté otra vez. Al cerrar los ojos escuché nuevamente el sonido del grifo, por lo que prendí la linterna de mi celular y desde mi puesto apunte la luz al baño y al pasarla por el lavamanos observé la imagen de una niña sin rostro, abriendo y cerrando el grifo”.
El joven operador, recordó con terror como salió corriendo a la garita de seguridad de la estación. Sus compañeros contaron -entre risas- que corría llamando al personal de seguridad.
El niño duende
En La Rinconada hay una especie de duende, que toma la apariencia de un niño. Y así suene descabellado, los que ahí laboran comentan que es costumbre verlo en los pasillos tratando de interactuar con el personal del metro.
Aunque parezca increíble, los trabajadores detallan con naturalidad que aparece cuando el personal operativo sale a hacer las rondas de inspección, indicando que la mayoría de quienes laboran en la estación lo ha visto.
“Él se deja ver”, expresa una de las operadoras. “Se te queda viendo y al correr te seguirá atormentando todas las noches; en cambio, si lo tratas como un niño él se perderá y desaparecerá en la estación”.
Desde La Plaza/KCB