La Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) da para mucho. Textos de todo tipo, contenidos variados, los gustos de cada quien servidos en bandeja a lo largo de más de doscientos stands que se despliegan desde los espacios abiertos del Teatro Teresa Carreño, hasta los espacios cálidos de la UNEARTE y la Plaza de los Museos.
Para mí, es una fiesta anual para la que me preparo con emoción. Hoy que termina, después de diez días de felices encuentros y grandes compras de nuevos libros que ahora pujan por un lugar en mi biblioteca, me dispongo de una joya que encontré por mera casualidad en el puesto de la Distribuidora Venezolana de la Cultura, que puso a la venta los libros que importa a precios muy justos.
Se trata del libro Medios, Poder y Contrapoder, que reúne a Dênis de Moraes, Ignacio Ramonet y Pascual Serrano, unidos en el análisis común del papel de los grandes medios de comunicación y el fin de su monopolio, en el que se da paso a la democratización de la información impulsada por el acceso a las nuevas tecnologías, básicamente el internet.
Rescato especialmente para esta nota la conferencia de Ignacio Ramonet del 2011 en el teatro de Sanguily, Cuba, en ocasión de la entrega del título de doctor honoris causa por la Universidad de La Habana. De ese momento se recoge el texto La explosión del periodismo en la era digital.
Ramonet, gran estudioso y conocedor de los medios tradicionales de comunicación, toda una figura reconocida mundialmente por ese tema, afirma que en la actualidad el internet ha dinamitado a los grandes canales de televisión, las emisoras de radio y la prensa escrita. “La red está permitiendo que cada ciudadano tenga acceso a una información sin depender absolutamente de los grandes medios”, afirma Ramonet, porque “el nuevo dispositivo tecnológico hace que cada ciudadano no sea únicamente receptor de la información, que fue la norma durante mucho tiempo”.
La proliferación de medios digitales, como páginas web informativas tipo DesdeLaplaza.com , y el crecimiento del uso de las redes sociales (como Facebook, Twitter, Google+, Instagram, entre otras), impulsa la aparición de lo que Ramonet llama “los medios polvos” (en contraposición de “los medios soles” que son los medios de comunicación tradicionales): “cada ciudadano, que dispone simplemente de un teléfono inteligente, de un pequeño ordenador o de un iPad, ya puede él mismo o ella misma enviar mensajes, puede corregir la información que ha dado el medio central, puede completar esa información con imágenes, textos, videos. O sea, hay una ruptura de los roles que hasta ahora estaban definitivamente fijos: el emisor, por una parte, y el receptor, por otra; el emisor que era activo y el receptor que era pasivo”.
Ante esta realidad a la que no podemos darle la espalda, Ramonet asegura (y me suscribo firmemente a su aseveración) que podemos ver el fin del monopolio de los grandes medios de comunicación y la influencia que han ejercido en nuestras sociedades. En definitiva, dejamos de ser un rebaño de depósitos de mensajes. Ya no somos ese maniquí silencioso frente a la televisión, tragándose las matrices únicas de opinión que por allí nos dictaban. Ahora somos protagonistas, productores de mensajes y de ideas, comunicadores alternativos en nuestros propios espacios. Ahora podemos ser escuchados y vistos gracias al impacto de las nuevas tecnologías.
De hecho, con las redes sociales, dice Ramonet, “se ha desarrollado la posibilidad de comunicar”, aunque también alerta que en este presente que vivimos no podemos dilucidar aún el verdadero impacto de plataformas como Facebook y Twitter. Tenemos que esperar a que el tiempo hable por nosotros. Para Ramonet, “estamos apenas en el alba de lo que internet puede suponer como cambios importantes”.
Sin embargo, aunque estemos presenciando, apenas, ese amanecer del poder de la conectividad simultánea y sin fronteras; no podemos perder de vista la transformación en la que estamos inmersos. La presencia de los medios digitales y de las redes sociales es una realidad irrefutable de la que nos estamos beneficiando cada vez que damos a conocer nuestra propia opinión del acontecer nacional y mundial. Es cierto que la vida se hace en la calle y no a través del teclado, pero gracias a ese teclado decimos a diario: Aquí estamos.
DesdeLaPlaza.com/Gipsy Gastello