Investigadores de la Universidad de Tufts (Estados Unidos) han desarrollado unos tornillos de seda para ser utilizados en el tratamiento de fracturas óseas y evitar las complicaciones que presentan los materiales que se implantan actualmente.
El invento se realizó con el fin de encontrar un material que tuviera la firmeza necesaria para reparar un hueso, que pudiera esterilizarse y fuese capaz de mantener la estabilidad estructural a temperaturas extremas, tanto las altas como las bajas y pensaron que la seda podría reunir todas estas condiciones.
Este material ya era utilizado para las suturas y actualmente se ha comenzado a usar e implantes médicos. También para la creación de esponjas, fibras y espumas quirúrgicas, ya que posee una estructura muy parecida a la del hueso, la seda se reabsorbe en el cuerpo y se le pueden colocar antibióticos que sirvan para prevenir una infección.
A partir de moldes, especialmente diseñados, se utilizó seda apta para la medicina, para la elaboración de un estudio y el material resultante es fácilmente cortable con una máquina en diferentes tamaños, en total se realizaron 98 implantes en ratones, con estos tornillos 100% seda y fueron analizados a la cuarta y octava semana.
David Kaplan, uno de los autores de la investigación, indicó a la BBC que sorprendentemente «no falló ningún tornillo» y únicamente al final del estudio vieron como empezaban a disolverse.
Asimismo, manifestó que «estos tornillos no interfieren con los rayos x, no disparan las alarmas, ni causan sensibilidad al frío» y reconoció que el siguiente paso será probarlos en animales un poco más grandes, requisito indispensable en los Estados Unidos para dar el salto a las pruebas clínicas.
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