Esperanza Aguirre consiguió que Mariano Rajoy la aceptara como candidata para Madrid a pesar de ser su mayor dolor de cabeza para sus tensiones internas en el partido.
Y la aceptó porque podía ganar. Aguirre se las prometía felices porque era complicado que su rival directo en el PSOE, Antonio Miguel Carmona, lanzado desde hace muchos meses como candidato, pudiera dar un sprint final que recortara la histórica diferencia entre PP y PSOE en la capital.
Y porque Podemos, tan boyante durante meses, no tenía un perfil en Madrid que pudiera amenazarla.
Entonces apareció Manuela Carmena. En menos de lo que dura una campaña electoral ‘milagrosa’ ha conseguido llevar a Ahora Madrid desde los 5 escaños hasta casi el empate técnico con el PP según el CIS.
Ha sido después cuando Carmena ha eclosionado mediáticamente, convertida en una mezcla de Obama y José Mujica, en parte también gracias a los ataques de Aguirre. Las encuestas publicadas y también las que maneja el PP y que no publican confirman que los populares podrían perder el Ayuntamiento de Madrid después de 25 años.
DesdeLaPlaza.com/ El Diario.es/AMH