Desde hace algunos años organizaciones, movimientos sociales y fundaciones ha mantenido la lucha por impulsar y promulgar una Ley que defienda el derecho de los recién nacidos así como el de sus madres a tener un parto lo menos traumático posible, más humanizado dando paso también al debate público sobre el predominio de las prácticas de cesáreas por encima del parto espontáneo.
Estas organizaciones impulsan lo que llaman un parto humanizado, definida por la Fundación venezolana “Juan Vives Suriá” en su libro “El parto y nacimiento humanizado como derecho humano: un desafío para la transformación social” como el respeto hacia la madre, hijo/hija, padre y familia en los procesos del embarazo, parto y nacimiento, considerando el tiempo, el ritmo, la fisiología y emociones de cada madre para hacer del momento del alumbramiento un evento placentero, cargado de amor y en compañía de quien la madre decida, ya sea el parto por vía vaginal (espontáneo) o cesárea.
La perseverancia y trabajo de estas organizaciones vio sus frutos al iniciarse las discusiones sobre el tema en la Asamblea Nacional (AN), alcanzando su máximo punto entre los pasados meses de noviembre y diciembre, logrando que fuese aprobado en primera discusión el “Proyecto de Ley de Promoción y Protección del Parto y el Nacimiento Humanizado”.
Este documento contiene entre otros tantos aspectos el derecho de la madre a ser acompañada por una persona de su confianza en el proceso del alumbramiento, el derecho a un trato digno y, a su vez, busca la disminución de la cesárea sin justificación, siendo éste tema el más polémico haciéndose pública la denuncia de un incremento indiscriminado en la realización de cesáreas, aún cuando sólo deba practicarse en embarazos de altos riesgos, donde la vida del bebe o la madre se encuentre en inminente peligro.
Cesáreas como una vía de enriquecimiento
Gabriela Bolívar del Colectivo “Por el cuidado de la vida” declaró recientemente en los medios de comunicación que buscan principalmente que la cesárea se haga en casos necesarios. “La mayoría de los embarazos son de bajo riesgo, entonces la madre tiene la posibilidad de que sea un parto natural y que la cesárea, en caso que se haga, sea decisión de las madres, de la pareja y no que la impongan «.
La activista también denunció la práctica de las cesáreas como una vía de enriquecimiento por parte de algunos profesionales de la salud y de las clínicas privadas “la cesárea es vista por las clínicas y algunos médicos como un negocio” señalando que al ser más costosa se condiciona a la madre a dar a luz a través de una operación cuya recuperación es más lenta y dolorosa para la madre.
Por su parte, Isabel Polito, Licenciada y experta Doula – mujeres que guían y acompañan a la madre durante el proceso de embarazo, parto y postparto- quien pertenece desde hace 23 años a la Fundación “Aurora Madre” agrega que si bien aplaude la iniciativa jurídica emprendida en el país la misma debe ir acompañada directamente con un proceso de educación para garantizar su cumplimiento, formación que no sólo debe ser impartida a través de cursos y talleres a las instituciones de salud pública y privada sino que debe, según su opinión, ser incorporada al pensum de las carreras que formen especialistas en la salud y mediante campañas masivas y jornadas de información debe educarse a la madre la principal beneficiaria de la Ley.
Así mismo Polito, explica que el abuso de la cesárea en casos donde no es necesaria puede atribuirse también a otros factores no necesariamente asociados al beneficio económico de las clínicas y su personal, la comodidad del médico de pautar la hora de las operaciones, la decisión de la madre de que nazca en un día particular por tradiciones religiosas, familiares o astrológicas, la desinformación de los padres así como mitos y miedos influyen en la toma de decidir no alumbrar de la manera más natural posible.
La Organización Mundial de la Salud y el parto humanizado
En abril de 1985 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se dieron cita en la conferencia “La tecnología apropiada para el parto” realizada en Fortaleza, Brasil, como resultado de ese encuentro se generaron una serie de recomendaciones plasmadas en la llamada “Declaración de Fortaleza” .
Las recomendaciones más relevantes en esa oportunidad y que aún cobra vigencias son: que una región no debería de tener más de un 10% de inducciones en el parto y no debe de excederse más del 15% de cesáreas, también considera aspectos como el libre albedrío en la rasuración del vello púbico, el derecho a decidir sobre el destino de la placenta materna y fija una posición sobre la ruptura precoz y artificial de membranas y el uso de analgésicos.
La OMS también alerta que no existen estudios comprobados y avalados que indiquen que luego de haberse practicado una primera cesárea sea obligatorio el uso de cesárea como método de alumbramiento en partos posteriores y reconoce a los llamados “sistemas informales” de atención perinatal como las parteras, comadronas, matronas ancestrales y recomendando su co existencia con los “sistemas formales” .
Al respecto, Polito, integrante y vocera de la Fundación “Aurora Madre” explica que las recomendaciones realizadas por la OMS no se cumplen en muchos países del mundo “Venezuela no está ni bien ni mal posicionada en relación a otros países, se encuentra más bien en condiciones similares” enfatizando que el principal trabajo que se debe realizar en Venezuela es disminuir la práctica de la cesárea “en el país, específicamente en las clínicas privadas la cifra supera el 80% de los partos a través de cesárea a pesar de que la OMS indica que no debería superar el 15%, mientras que en las instituciones públicas la cifra decrece a 30%, aún existe un diferencial de 15 puntos, que estamos luchando por que sea menor” señala.
Mitos y Miedos alrededor de la cesárea
Polito, experta en partos humanizados en agua y partos verticales así como facilitadora de diversos talleres de asesoría y preparación para la maternidad y el parto que ofrece su Fundación señala que entre los mitos más comunes es que se trata de vender la cesárea como el mejor procedimiento, menos traumático y riesgoso “es una operación, una cirugía en el abdomen tan peligrosa o más que cualquier procedimiento médico… tampoco vemos que los medios de comunicación colaboren mostrando partos placenteros, todo lo contrario, la series y programas especializados de televisión no muestra un parto suave y humanizado”.
“Hay muchas mujeres, yo soy una de ellas que hemos tenidos partos después de una cesárea, ese es otro mito, que si te practicas una cesárea más nunca puedes tener un parto vaginal o que una mujer de cierta edad, más madura está imposibilitada a dar a luz naturalmente” agrega.
La desconfianza de la mujer en su propio cuerpo, el miedo infundado por terceras personas a la madre entorno al parto vaginal, el temor a que su cuerpo no sea el mismo que el de una mujer que no parió, a que su órgano sexual se expanda, o queden mal o se disminuya el placer sexual así como el miedo a un desgarramiento constituyen los principales temores de las mujeres. Ipolito explica que si se realizan ejercicios previos al parto esos temores no se materializan “se puede manejar y controlar el dolor, se reduce casi a cero el desgarro” comenta.
Finalmente la Doula explica que mientras las mujeres se empoderan, sepan que pueden parir y amamantar, mientras no exista un riesgo demostrable no podrá venir un médico o un pediatra a convencerla de lo contrario “las mujeres debemos ser responsables y conscientes de nuestra propia salud sexual y reproductiva, debemos tener la capacidad, la información y la no dependencia de un sistema, de creer que el sistema sabe más que yo sobre mi cuerpo, estamos hablando que detrás de la maternidad hay siglos de evolución de le especie humana y eso no se puede desconocer”.
América Latina, parto humanizado y legislación.
El gobierno de Argentina promulgó en el año 2004 la Ley número 25929 que toma en cuenta los derechos de la madre, del padre y del recién nacido, entre los aspectos relevante del documento destacan: el derecho de la madre a estar informada sobre los distintos procedimientos médicos a los que puede optar, el derecho a un parto natural “respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer” , la elección de una persona de su confianza que la acompañe durante el proceso de alumbramiento así como la obligación por parte del establecimiento de salud de ser informar desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y brindar el apoyo para amamantar y el derecho del recién nacido a tener un trato digno y acceso a su identidad.
En Uruguay está vigente desde el año 2008 la Ley número 18.426 “Ley de defensa del derecho a la salud sexual y reproductiva” conformada por 8 artículos el cual aborda la promoción del parto humanizado para garantizar la intimidad y privacidad del bebe y también incorpora como el gobierno de Argentina el respeto del tiempo biológico y psicológico y la evasión de prácticas o medicación que no estén justificadas. Asimismo la Ley posee aspectos relacionados a la educación sexual y reproductiva en las aulas, el desarrollo de programas asistenciales para disminuir riesgos y daños en embarazos no deseado, así como planes para educar en materia de prevención de enfermedades sexuales y en el área de planificación familiar y la anticoncepción.
Otros países como Colombia, Brasil y Chile cuentan también con iniciativas y propuestas de organizaciones médicas y sociales que buscan garantizar el derecho y respeto de la madre y sus hijos, apoyándose en las recomendaciones que hace la OMS y México también cuenta con una legislación que contempla el tema.
Actualmente en Venezuela el Proyecto de Ley se encuentra aprobado en primera discusión, el mismo fue enviado a la Comisión Permanente de Familia del Parlamento para el análisis de su contenido y la elaboración del cronograma de consulta, que una vez realizado deberá ser nuevamente enviado a la plenaria para su aprobación en segunda discusión.
Desde La Plaza/María Caldera.