Un grupo de científicos del Vanderbilt University Medical Center de Nashville (EE UU) ha probado con éxito en ratones una nueva técnica quirúrgica que podría llegar a sustituir a las «complicadas» e «invasivas» operaciones de reducción de estómago en humanos.
Este nuevo procedimiento consiste en desviar flujo de bilis hacia la parte final del intestino delgado –el íleon–. El resultado sobre la pérdida de peso en roedores obesos es comparable al que ofrecen métodos más tradicionales, como la gastrectomía vertical o la cirugía bariátrica.
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En esta última, que requiere una mínima incisión al ser por vía laparoscópica, se usan corchetes quirúrgicos para reducir el estómago del paciente con obesidad, que se une a un asa de intestino delgado mediante el denominado by-pass gástrico.
Por el contrario, la gastrectomía vertical extirpa hasta el 90% del estómago del paciente y el órgano queda reducido a una especie de conducto con una capacidad de absorción aproximada de 50 a 60 gramos.
En ambos casos, el resultado es que el paciente come menos y, al mismo tiempo, absorbe menos del alimento que ha ingerido, por lo que figuran entre los métodos quirúrgicos «más efectivos» para lograr «una pérdida de peso duradera» y «revertir los síntomas de la diabetes en humanos», apuntan los autores de la investigación, con el experto Naji Abumrad a la cabeza.
Estudios anteriores, recuerdan, también han demostrado que los ácidos biliares potencian los «efectos metabólicos positivos» que generan los by-pass gástricos. Teniendo en cuenta este conocimiento, Abumrad y sus colegas conectaron la vesícula biliar de ratones obesos a diferentes partes del intestino delgado y compararon después los «beneficios metabólicos» que tuvo esta intervención con los de un by-pass durante un periodo de hasta ocho semanas.
Como detalla el estudio que publica la revista Nature, los expertos descubrieron que la simple inyección de flujo de ácido biliar en el íleo es suficiente para obtener efectos similares a los que generan «procedimientos quirúrgicos tradicionales más complicados«.
Al parecer, esos efectos son consecuencia de una reducción en la absorción de grasa en el intestino delgado y a cambios en la microbiota o flora intestinal. Aunque este nuevo procedimiento es «menos invasivo» y más sencillo desde el punto de vista técnico, los autores advierten de que su seguridad y eficacia a largo plazo no han sido aún determinados.
Además, sostienen, esta técnica podría ser inviable para pacientes obesos o diabéticos cuyas vesículas biliares han sido extirpadas para combatir los cálculos biliares. Es aún pronto para saber hasta qué punto esta nueva intervención quirúrgica es reversible.
DesdeLaPlaza.com/20minutos/MB