A propósito del «bum» de la eliminación de las «papitas» en los menú de Mcdonald’s del país, todo parece indicar que «no hay papas fritas que duren mil años, ni cuerpo que lo resista», al menos así es para la integridad de las mujeres en estado de embarazo, según un estudio.
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Pero… ¿Por qué?
De acuerdo a una investigación realizada por el Centro de Investigación de Epidemiología Ambiental de España, la Universidad de Estocolmo y otras 20 instituciones, alimentarse de papas fritas durante el embarazo, puede resultar nocivo para el feto al igual que fumar.
Durante el estudio se determinó que las papitas fritas contienen altas concentraciones de acrilamida, un químico que puede lentificar el crecimiento del cerebro del embrión.
Ahora bien, ¿cómo lo hicieron? las entidades encargadas de la investigación analizaron a 1.100 mujeres gestantes y, descubrieron que el efecto de los altos niveles de exposición a la acrilamida es comparable con los daños que causa el cigarrillo en las mujeres embarazadas.
Tras el respectivo análisis, se concluyó que el consumo constante de acrilamida produce que los bebés pesen alrededor de 132 gramos menos y que midan 0.33 centímetros por debajo de lo normal.
Si ellos lo certifican, no se puede ignorar este estudio.
Desde La Plaza/Una Lechuza/KC