Es muy común escuchar a los padres decir: “qué inteligente es mi hijo, eso lo sacó de mi” o “saliste un poco lento, eso es por la familia de tu papá”. Pero estas muestras de orgullo tienen un fundamento científico, pues un estudio sugiere que la inteligencia y los rasgos de la personalidad están determinados por los genes.
La investigación realizada por científicos del Kings College de Londres sugiere que la inteligencia y una gran parte de los rasgos de personalidad que influyen en que tengamos éxito o fracaso en la escuela, están determinados por nuestros genes.
Sacar buenas o malas notas, la seguridad o los problemas de conducta, tienen un componente genético ineludible, según el estudio en el que participaron 13.306 gemelos (tanto gemelos idénticos -comparten el 100% de sus genes- como no idénticos -comparten el 50% de sus genes) de 16 años y que fueron examinados tanto en relación a aspectos de su personalidad como su rendimiento cognitivo.
Tomando en cuenta el desenvolvimiento académico de los adolescentes, los investigadores establecieron unos parámetros: la inteligencia, la autoeficacia (confianza en la propia capacidad académica), el bienestar, el ambiente en el hogar, la personalidad del alumno, el entorno escolar y los problemas de conducta o de comportamiento.
“Investigaciones previas ya han establecido que el logro educativo es heredable. En este estudio, hemos querido averiguar por qué ocurre. Lo que demostramos es que la heredabilidad del rendimiento escolar es mucho más que la inteligencia, es la combinación de muchos rasgos que son todos hereditarios en diferentes grados”, afirma Eva Krapohl, coautora del estudio.
Krapohl explica que la comparación de los resultados de los gemelos idénticos y de los no idénticos dio como resultado que las diferencias académicas entre ambos grupos estaban marcadas por la genética y no por el ambiente en el que vivían.
Concretamente, los investigadores encontraron que la influencia de la genética en las notas escolares era del 62%. Respecto a los rasgos individuales, estos variaban entre el 35% y el 58% heredable, siendo la inteligencia el agente más importante. Al tener en cuenta la totalidad de los rasgos objeto del estudio, descubrieron que éstos representaban un 75% de la heredabilidad (la importancia de la genética en una persona) de las puntuaciones en las notas de los jóvenes.
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