Los humanos no son los únicos que practican el contacto boca a boca, pero los besos con lengua e intercambio salivar sí son exclusivos de nuestra especie. Esta práctica, presente en la gran mayoría de las culturas, provoca, según un estudio, que las parejas compartan las bacterias de sus bocas. Hasta 80 millones de ellas viajan en un beso de 10 segundos.
En el cuerpo de un humano adulto y sano puede haber alrededor de 100 billones de bacterias. Si se apilaran todas juntas, pesarían unos 1,5 kilogramos. Organizadas por especies, superan las 2.000 y, aunque la mayoría se encuentran en el estómago e intestinos, la mayor diversidad se da en la cavidad oral. Hasta 700 especies de Streptococcus, Rothia, Neisseria, Gemella, Fusobacterium… viven en la boca. Ahora, un grupo de investigadores holandeses ha querido averiguar cómo influyen los besos en el microbioma bucal.
Seleccionaron a 21 parejas tanto heterosexuales como homosexuales y tomaron muestras de su lengua y saliva antes de un beso prolongado, y después de besarse. Para compararlas, usaron una escala del 0 (completamente similares) al 1 (nada similares).
Desde la Plaza/El País/AMH