La piel, especialmente la del rostro, es un órgano muy sensible que hay que saber cuidar ya que refleja tu estilo de vida, tus costumbres y que tan saludable estás. Una piel bien cuidada te hará ver radiante.
Para preservar la salud y estética de tu piel, es necesario tener buenos hábitos alimenticios, realizar actividad física, protegerla de la luz solar y aplicarle algunos productos que la hidraten y nutran, por eso a continuación dejamos algunas recomendaciones para prevenir el deterioro de la epidermis.
No usar bloqueador
Según el doctor Elías del Río, subdirector médico de los centros médico-estéticos Hedonai de España, no usar protector solar «es el elemento que más contribuye al envejecimiento de la piel». Además, es importante aplicarse bloqueador en otras estaciones del año. «La radiación UVB incide en la epidermis y es la responsable de que nos quememos. Pero los UVA suponen 95% de la radiación que diariamente recibe la piel y son capaces de atravesar nubes y cristales», señaló.
Mala alimentación
Se sabe que todo lo que comemos repercute en la salud. De hecho, existen alimentos que fomentan el envejecimiento prematuro del organismo, incluida la piel. Por esa razón, se recomienda evitar el consumo de embutidos, carnes rojas, frituras y azúcar, comiendo en su lugar vegetales de hojas verdes, tomates, ajo y jengibre, nueces y semillas, yogurt y miel.
Fumar y beber alcohol
Maribel Yébenes, directora de los centros de estética que llevan su nombre, aseguró que éstos «minimizan el transporte de oxígeno y nutrientes a la piel por parte del organismo, ya que repercuten negativamente en la circulación y microcirculación, haciendo que esta se debilite, pierda el brillo y acelerando la degradación del colágeno y la elastina».
Dormir maquillada
«Si la limpieza es pobre o mala, impedirá que la piel respire, favorecerá la aparición de poros obstruidos e impedirá que los tratamientos sean absorbidos correctamente y por tanto, su acción será mínima», dice Yébenes. Aún así, no se debe exagerar con el uso de exfoliante puesto que «dejará a la piel desprovista de su capa protectora y alterar en exceso su PH».
No hidratar tu piel o hacerlo con productos equivocados
El doctor Elías del Río recomienda ser cauteloso a la hora de escoger un producto puesto que «el uso de cremas equivocadas realmente inciden en los problemas de nuestra piel en vez de solucionarlos».
Pensar que tu piel es la misma de hace 10 años
Usar la misma crema por muchos años es un error. De hecho, la piel cambia acorde a la edad y el cuidado en un tiempo menor a los «10 años». Las pieles maduras pierden la capacidad de formar colágeno y ácido hialurónico, razón por las que sus necesidades cambian. «Su ciclo de regeneración celular es mucho más lento», afirma el experto.
Tener una vida sedentaria
«El sedentarismo aumenta los niveles de estrés y ello se traduce en una menor luminosidad, una piel más apagada y menos tersa», explica el doctor Del Río. Incluso, no está demás recordar que «el deporte aumenta la circulación sanguínea, y por tanto la oxigenación de la piel y el transporte de nutrientes».
Dormir poco o mal
Un ensayo clínico realizado en el Hospital Universitario Case Medical Center de Cleveland, en EEUU, demostró que dormir mal aumenta los signos de envejecimiento de la piel y se producen alteraciones de la barrera cutánea o ultravioleta (UV) que es la que impide tanto la pérdida de fluidos corporales como la entrada al organismo de elementos nocivos.
Manipular los granos
Algunas personas tienen la manía de apretar los granos o espinillas que les aparecen en el rostro. El problema es que generalmente estos se infectan con la manipulación dejando marcas en la cara. Al respecto, Yébenes recomienda que «si ya no hay solución y el grano ha salido, se debe recurrir a un profesional que puede aplicar sobre él una solución de zinc, mineral con propiedades bactericidas y desecantes».
Tocarte mucho el rostro
Todos los días tocas objetos con bacterias, virus y alérgenos. Es por eso que, si no te lavaste correctamente las manos, mejor no te atrevas a palpar tu rostro, de lo contrario, puedes terminar agravando en «acné, dermatitis de contacto o herpes», asegura la experta.
DesdeLaPlaza/RPP/AMB