Quienes militamos en la causa ecosocialista asumimos que con pequeñas acciones se pueden lograr grandes cambios, pero sobretodo la clave para salvar la especie humana y preservar la vida en el planeta está en cambiar los patrones de producción y consumo que ha impuesto el capitalismo.
La crisis ambiental global, exige una acción contundente que cambie el rumbo del planeta. El “American Way Life” aparece como un espejismo en el desierto, que vende un estilo de vida insostenible.
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El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) afirma que el 90% de las aguas de desecho de las ciudades de los países en desarrollo se descarga sin tratar en ríos, lagos y cursos de aguas costeras. Una situación que afecta a millones de personas a diario y que compromete a las generaciones futuras. La cuestión del agua exige mayores acciones por parte de los gobiernos, pero sobretodo de las comunidades, porque está en riesgo la cantidad y calidad del agua en el mundo.
Pero no es sólo el agua, si nos detenemos a observar la situación de los bosques en el planeta, podemos observar que cada año se pierde una superficie de bosque equivalente a Portugal, unos 90.000 kilómetros cuadrados o 9 millones de hectáreas. En muchos países la deforestación causa extinción de especies, cambios en las condiciones climáticas, desertificación y desplazamiento de poblaciones indígenas.
Estamos frente a una situación que implica la supervivencia de la especie humana, y debemos asumir la lucha en la dimensión debida. La causa ecológica es una cuestión política, y así debemos asumirla. No puede ser fragmentada, ni espasmódica, mucho menos puede verse como una moda o un tema secundario de la agenda política.
Qué hacer? la repuesta es sencilla, pero la tarea es titánica: debemos sensibilizar, concienciar, organizar y movilizar al pueblo en defensa de la vida y el planeta.
Es necesario que los movimientos y organizaciones ambientalistas, ecologistas y ecosocialistas definamos una Agenda Común de Acción, y trabajemos en función de objetivos concretos. La unidad debe ser entorno al proyecto, ya tenemos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) y el Plan de la Patria como línea estratégica para construir el despliegue táctico.
El metabolismo de la lucha ecológica en Venezuela no puede girar entorno al calendario ambiental, hay temas estructurales que unen nuestras luchas, hay que trabajar desde todos los espacios para visibilizarlos y profundizarlos. Nuestra lucha es porque los temas ambientales entren en la agenda pública y la agenda política, es por ello que deben priorizarse en nuestra sociedad los temas claves para la vida y el planeta.
Como dijo el apóstol cubano José Martí «Hacer es la mejor manera de decir»
DesdeLaPlaza.com/Heryck Rangel Hernández