Vete por la sombrita
Siempre le rezo al ángel de la guarda, quien ha sido mi dulce compañía y no me desampara ni de noche ni de día, pero en realidad, el que no se aleja de mí ni un segundo es ese ser coño ‘e madre, despiadado y cruel que es Murphy.
Según Wikipedia y otros portales de definición, la Ley de Murphy es un enunciado basado en un principio empírico que trata de explicar los hechos acontecidos en todo tipo de ámbitos. A grandes rasgos, se basa en el adagio siguiente: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”. A pesar de todo lo pesimista y resignado de ese enunciado, uno trata de seguir adelante y zarandeárselo de vez en cuando, encomendándose a santos y entidades para ver si ellos pueden con el tipo en cuestión.
Cuando ya es la cuarta vez que me cambio de fila para pagar en el supermercado y en la que estaba, avanza más rápido, es entonces cuando me pregunto, ¿por qué a veces uno no puede sacudirse esa cruz/maldición/mala suerte/pava macha/conjuro egipcio? ¿Acaso ese tal Murphy es el niñito con la lupa en un día soleado y yo soy la indefensa hormiguita?
El cariaquito morado quiere ser mi amigo
Salí de ver la más reciente película de los X-Men que dura 2 horas y pico, luego de beber el refresco más grande que existe y aguantar las ganas de orinar por tantas horas y al fin logré conseguir un baño en el centro comercial que ya casi cierra, de 7 cubículos, 5 estaban cerrados y quedaba uno en el que no había agua y flotaba un submarino (y no era ruso precisamente) y el único que estaba habilitado, estaba ocupado por alguien que tenía una enterocolitis aguda o una diarrea terrible. Si me hacen reír, me meo.
Igual, si necesitas llegar a tiempo y ya vas tarde, de seguro habrá retraso en el metro, las camionetas llevan a la gente guindando por puertas y ventanas, los mototaxistas se fueron temprano, hay una cola bestial, ah y seguro lloverá porque justo ese día, se te ocurrió cambiar de cartera y dejaste el paraguas sobre la cama.
No tiene nada que ver con el tabú y el miedo al número 13 y mucho menos al día martes. Una vez se me ocurrió pintarme el cabello de noche y quitaron el agua sin avisar, no les voy a describir lo que me costó desmancharme, la frente, el cuello y la orejas a punta de agua filtrada de nevera o como nunca llueve cada vez que me pongo las botas de hule (esas que pesan una bola y me hacen sudar los pies horriblemente) o como aquel día en el que participé en una movilización de varios kilómetros y que al final hubo hasta bailoterapia y cuando llegué a mi amado edificio toda mamada… NO HABÍA ASCENSOR (creo que ya les conté que vivo en un piso 15).
Hace días me envió una solicitud para seguirme en Instagram una cuenta que me llamó mucho la atención por su nombre, antes de aceptar me puse a revisar sus publicaciones y me encontré con su descripción como “BrujiShop Creativa”, resulta que así será el maldito de Murphy que hasta en las redes sociales se venden combos con esencias, velas, amuletos y ramazos para espantarlo (y lograr otras cosas, claro). Me pregunto si mi “leche en descomposición” o coloquialmente: mala leche, será tan famosa que se enteraron hasta en Instagram y me quieren ayudar.
Chica súperpoderosa
A pesar de todas esas malas rachas, hay días en los que el sol sale y el cielo azulito te hace sonreír y te sientes así, como invencible, irradias buena vibra y le pelas el diente a todo el mundo porque estás de buen humor y eres una persona positiva y sobretodo precavida, buscándole siempre el lado bueno a todo, peeeeeeeero, en la esquinita te está esperando este señor que se ríe de ti a carcajadas, ya que te estropeará todo lo que tenías planificado hacer para ese día, de la manera más desalmada que exista, así como cuando se te cae el sanduche que estás preparando y cae boca abajo.
Sigo batallando contra el infame ese, que nos hace bullying en los días más difíciles y en los que necesitamos más colaboraciones y apoyo.
Vamos únanse a la lucha compañeros y compañeras, yo sé que a ustedes también los ha jodido alguna vez.
¡No se dejen!
¡Venceremos!
