Uno de los espacios públicos de la ciudad de Caracas, que representa una parte de la historia del siglo XX de Venezuela, es la conocida Plaza La Concordia.
Ubicada la parroquia Santa Teresa de la ciudad capital, representa una de las historias más infame de la República, ya que antes de ser convertida en una plaza, allí funcionó la temida cárcel pública de ‘La Rotunda’, conocida así su particular arquitectura circular, construida en el año de 1844, durante la presidencia de Carlos Soublette.
Esta mazmorra con el pasar de los años y de los gobiernos, sirvió como destino para aquellos que disentían o combatían contra los gobiernos de turno, pasando por el de Cipriano Castro, hasta su demolición, luego de la muerte del General Juan Vicente Gómez, ordenada por un decreto publicado en la Gaceta Oficial Nº 18.843 02 de enero de 1936 por su sucesor en la presidencia, Eleazar López Contreras.
Tras su demolición se decidió levantar una plaza en honor a los ‘Luchadores de la libertad en América’ y se le encargó el proyecto al arquitecto Carlos Raúl Villanueva, asignándole el nombre de ‘La Concordia’ siguiendo la costumbre internacional de que al demoler una cárcel y se construya en su lugar una plaza se le adjudica ese nombre.
La construcción se inició en 1937 y fue inaugurada en 1940 con un templete neoclásico monóptero como punto central y principal de la plaza signo del amor, la paz y la unión.
El templete tenía techo de tejas y columnas estilo griego. En el interior de la estructura se encontraba una estatua de mármol que representaba Venezuela.
Otro hecho histórico ocurrido en esta plaza, fue el 4 de agosto del año 1959, bajo el gobierno de Rómulo Betancourt, quien ordenó a la fuerza pública reprimir a los desempleados y trabajadores que protestaban por la eliminación del Plan de emergencia creado por el presidente provisional Wolfgang Larrazábal (1958) y la reducción de 10% del salario mínimo, masacre de la que resultaron tres personas muertas y 70 heridos.
Pero no fue sino hasta el año de 1974, que este templete fue demolido en su totalidad por quien fuera el gobernador del Distrito Federal, Diego Arria, designado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez (1974-1978), quien demolió el templete central y los espacios verdes para construir un estacionamiento, centro comercial, supermercado y conjunto residencial.
Durante 41 largos años, la plaza fue dominada por la desidia, delincuencia, y el descuido por parte de las autoridades municipales. Pero no es sino hasta el año 2015, que la plaza transformó su aspecto radicalmente, cuando fue recuperada por el Alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez.
Se creó un café, las pérgolas que albergarán a los reconocidos pintores que hacían vida en la plaza durante años, así como la fuente de espejo de agua y cascada. En la parte superior de la misma, la recuperación de los vitro murales y la colocación de modernas lámparas de iluminación en las áreas de paso, convirtiéndose así en otro espacio público recuperado para el disfrute de todos los caraqueños.
Fotografías: José Figueras
DesdeLaPlaza.com/Agencias/Rubén Scorche