El Warairarepano esconde cientos de mitos y leyendas urbanas, que van desde la aparición de espíritus chocarrones y rinconcitos para dar placer, hasta mausoleos que parecen sacados de cuentos de terror, con momias embalsamadas y todo.
Pues sí, entre su extensa vegetación, el Ávila esconde la hacienda “Buena Vista”, a la altura de Galipán. Sitio donde el Dr Knoche llevó a cabo sus experimentos de momificación con cuerpos no reclamados durante la Guerra Federal.
Pero, ¿Quién fue el Dr Knoche?
Según publica la revista Dominical en su sitio web, Gottfried August Knoche fue un hombre de carne y hueso, un enigmático científico alemán que luchó contra el inexorable proceso de descomposición de los cuerpos.
Knoche se residenció en La Guaira en 1840, pero años más tarde compró la Hacienda «Buena Vista» al pie del Picacho de Galipán en El Ávila, donde vivió con su familia y construyó el mausoleo que lo hizo famoso, por el proceso de momificación de cadáveres que llevaba a cabo entre esas cuatro paredes.
El científico inyectaba una fórmula secreta -que se llevó hasta la tumba- en la yugular de los cadáveres que impedía el proceso de descomposición, sin necesidad de extraer los órganos vitales,sin duda alguna un hecho sin precedentes para la época.
Se dice que uno de los primeros cuerpos que momificó fue el de un soldado de la federación llamado José Pérez, cuyo cadáver fingió por muchos años como vigilante en la entrada del mausoleo familiar.
Cuando se corrió la voz de los experimentos, el Dr Knoche fue contactado por familiares de difuntos que querían que sus cuerpos se conservaran por más tiempo. De esta manera el médico embalsamó los cadáveres de personalidades reconocidas de la época, entre ellos el del periodista y político Tomas Lander y el ex presidente de la República, Francisco Linares Alcántara.
Lo cierto es que Knoche embalsamó los cuerpos de varios integrantes de su familia – su hija Anna y su esposo Heinrich Müller, su hermano Wilhelm Knoche- y hasta momificó a los perros para que custodiaran los nichos en los que descansaban los cadáveres en el mausoleo familiar. Se dice que su esposa regresó a Alemania y allí murió por causas naturales.
Finalmente, el Dr Knoche acabó sus experimentos el 02 de enero de 1901 a los 87 años, pero dejó una dosis preparada del suero momificador a la enfermera Amalie Weismann- quien fuera su compañera de experimentos-, para que se la aplicara al momento de su muerte.
Weismann vivió en soledad en la Hacienda “Buena Vista” entre recuerdos y añoranzas hacia la familia Knoche, recibiendo visitas de excursionistas y curiosos que conocían la historia del mausoleo y sus momias. Falleció en 1921 y le fue inyectada la fórmula que el mismo Gottfried Knoche había preparado para ella en el pasado.
Se dice que su última voluntad fue que su cuerpo fuera colocado en el mausoleo y que las llaves del mismo fueran arrojadas al mar.
El sitio web drknocheysusmomias señala que como no hubo ningún heredero “la hacienda fue abandonada, saqueada por buscadores de tesoros, y las momias robadas y esparcidas por el lugar, así como también fueron destruidas las lápidas del mausoleo”.
Sin embargo, la leyenda del Dr Knoche y sus momias sigue viva a casi 100 años de su creación y en la actualidad son muchas las personas que se aventuran a realizar el recorrido de aproximadamente 2 horas de duración para conocer el mausoleo, aunque las momias están ausente y en su lugar reposan muñecos de plástico.
Si quieres saber más de la vida de este científico solo debes contactar Fundación de Historia, Ecoturismo y Ambiente (Fundhea) a través de fundhea@hotmail.com o por el teléfono 0416 413 01 36.
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