Un estudio realizado por una filósofa y maestra de educación sexual humana, englobó algunas características que denotan que una persona está viendo demasiadas películas para adultos, trayendo como consecuencias efectos negativos para su desarrollo social.
Yvonne K Fulbright compartió las siete señales que podrían diferenciar el entretenimiento pasajero, de la obsesión a la pornografía.
A continuación les presentamos la lista de las señales de alerta.
1. Se están volviendo poco sociales. Prefieren quedarse en casa con la idea de ver porno un rato en lugar de salir a socializar con otras personas. Puede que salgan a la calle y disfruten un rato con los amigos, pero en cuanto llegan a casa, lo primero que piensan es en los nuevos videos que estarán en sus páginas pornográficas favoritas,
2. No fomentan relaciones con amigos o con posibles parejas. Cada vez es más complicado convivir con las personas, por ello suelen refugiarse en la pornografía, aunque esta sea la que propicia el ciclo antisocial.
3. Si tienen pareja, suelen mentirle respecto a su gusto por la pornografía. Mantienen en secreto su pasión por el porno y si se les pregunta, suelen evadir el tema por miedo a ser descubiertos y arriesgarse a perder esta parte tan importante en su vida.
4. Les resulta difícil excitarse con personas reales. Sólo lo logran viendo a estrellas porno. Inclusive imaginan cómo se verían las mujeres sin ropa y la complexión que tienen al momento de tener sexo. Si tienen pareja, piensan que hay algo que no lo/la hace comportarse como estrella porno.
5. Críticos del aspecto físico. Obsesión por comportarse como actores porno, fijándose en los detalles mínimos tanto de él como de su pareja, pensando en el tamaño de los genitales, las posiciones, etc.
6. Respuesta sexual nula sin pornografía. Si necesitan estar viendo pornografía para excitarse o mantener una relación sexual, entonces están en graves problemas.
7. No se sienten satisfechos con su vida sexual. Sus expectativas en torno al sexo e intimidad se han transformado y se sienten aburridos con la realidad que los rodea. Con información de Sinclair Institute.
Desde La Plaza/PubliMetro/NCH