El presidente Barack Obama presentó la noche del jueves un plan que se estima que podría proteger de la deportación a unos 5 millones de indocumentados y que es considerado como la mayor reformulación de leyes migratorias en el país desde hace tres décadas.
«Nuestro sistema migratorio está dañado y todo el mundo lo sabe. Así ha sido por décadas. Y por décadas no hemos hecho mucho al respecto», empezó diciendo Obama.
«Este trato no aplica a quien haya venido a este país recientemente. No aplica a quien pueda venir a EE.UU. ilegalmente en el futuro. No otorga la ciudadanía, o el derecho a quedarse permanentemente, ni ofrece los mismos beneficios que reciben los ciudadanos. Sólo el Congreso puede hacer eso. Todo lo que estamos diciendo es que no los vamos a deportar».
El mandatario reconoció que se trata de una decisión politicamente delicada y salió al paso de quienes aseguran que está abusando de sus atribuciones presidenciales.
«Aunque somos una nación de inmigrantes, también somos una nación de leyes. Trabajadores indocumentados violaron nuestras leyes migratorias, y creo que deben ser responsables por lo que han hecho, especialmente aquellos que pueden ser peligrosos».
Desde la Plaza/BBC Mundo/AMH