José María Aznar es ese personaje que dice que lucha por la libertad y por la honestidad. Es también el personaje que felicitó a Pedro Carmona Estanga, con el que se reúne con frecuencia y alegría la oposición venezolana.
José María Aznar que se define como un paladín de la libertad y las democracias, era muy amigo de Muamar el Gadafi de quien decía que era «un hombre extravagante, un hombre raro». pero también «un amigo».
Al Comandante Hugo Chávez, por ejemplo, se le fustigó muy duramente, precisamente estos amigazos venezolanos de Aznar, por afirmarse ser amigo del mismo Gadafi. En cambio, la buena relación entre el expresidente del Gobierno con el dirigente libio que era algo conocido; incluso cenaron juntos en Sevilla, en 2007, cuando Aznar ya había dejado La Moncloa, no fue nunca criticado ni por la derecha española, ni por la venezolana, ni por ninguna otroa.
Hoy, un diario español ha desvelado lo que no se sabía, José María Aznar, al mismo tiempo que intercedía en público a favor de Gadafi, hacía negocios en privado con empresas españolas que querían conseguir contratos con el gobierno libio.
El 8 de septiembre de 2010, unos meses antes de la intervención militar internacional en Libia que acabó con Gadafi, José María Aznar firmó un contrato de intermediación con Befesa, una filial del grupo sevillano Abengoa dedicada a la construcción de desaladoras, depuradoras y otras obras públicas medioambientales.
Befesa estaba interesada en conseguir las adjudicaciones de cuatro grandes desaladoras que quería construir el Ministerio de Servicios Públicos de Libia: en Tobruk, Misurata, Sirt y Yarafa. En total, las cuatro desaladoras sumaban una inversión de 950 millones de euros, según los propios cálculos de Abengoa, que figuran en un documento para inversores. Para conseguir esas adjudicaciones, Befesa contrató a Aznar como intermediario.
La realidad, siempre sorprende.
Desde la Plaza/El Diario/AMH