“Mendoza se pone bravo y arremete, porque él cree que está más allá de las leyes. No camarada, no, no. No! Lo que voy a hacer es a expropiarle, si el sigue agrediendo al gobierno e irrespetando a este país, por más Mendoza que sea, por más sangre azul que sea, le voy a quitar toda la Polar chico, toda, toda, se la expropio mano, no tengo problemas contigo Mendoza, yo no tengo problemas, a mí no me van a estar chantajeando, porque vengan las televisoras y arremeten, no me importa nada chico. Pa’ que me llamen tirano con más ganas, Mendoza si sigues mamando gallo te voy a quitar todita la Polar hasta la última planta que tienes ya te lo estoy advirtiendo”, Comandante Eterno, Hugo Rafael Chávez Frías (2009).
Luego de la histórica victoria popular en las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente del pasado 30 de julio, dos hechos resaltan en el escenario político-económico del país: 1) el cinismo sin límites de un mediocre liderazgo opositor que se quita la franela de la guarimba-terrorista y se pone como si nada la de las elecciones regionales, obviando por completo la estela de muerte, odio y destrucción que dejaron más de 100 días de locura y 2) la fuerte arremetida de las mafias que hacen la guerra económica, que nos cobran con una criminal oleada especulativa el “pecado” de haber votado la Constituyente.
Por razones de tiempo, espacio y estómago, el privilegio de ocuparse del primer tema se lo vamos a dejar a otros. Este artículo está dedicado fundamentalmente al segundo ítem. ¿Cuáles son las estrategias que deben aplicarse para frenar los ataques de la guerra económica?, ¿Qué nuevos escenarios nos tocará transitar después de casi cinco largos años de saboteo? Y ¿Cuáles son los principales retos que se abren para la Asamblea Nacional Constituyente en materia económica?, esas son sólo algunas de las interrogantes que se mantienen en el aire, sobre todo cuando un tubo de crema dental que en condiciones normales difícilmente podría costar más Bs. 500, lo están “ofertando” en algunos sitios hasta en Bs. 65.000.
Lo primero que hay que tener bien claro es que la Constituyente no tiene una varita mágica para acabar de un plumazo con todos los desmanes que se han generado en esta loca aventura por derrocar al Presidente, Nicolás Maduro. Pero sí tiene amplios poderes para comenzar a sentar las bases de una recuperación económica que permita empezar a enrumbar al país por una senda de crecimiento económico, manteniendo el éxito de la política social y reduciendo gradualmente las distorsiones del modelo petrolero.
Polar: ¿expropiar o no expropiar?
Siendo que la escalada especulativa hace de las suyas en un sector tan sensible como los alimentos. En algunos sectores se ha vuelto a poner sobre el tapete la necesidad de expropiar al grupo de Empresas Polar, emporio monopólico que constituye uno de los actores más poderosos de la agroindustria alimenticia y que controla a placer el mercado interno de rubros bastante sensibles como la harina de maíz precocida, la margarina, las pastas y el arroz, entre otros.
En trabajos recientes de la economista investigadora, Pascualina Curcio, se pone de manifiesto, cómo cada vez que ha habido turbulencias en el plano político, automáticamente disminuyeron los volúmenes de producción de empresas Polar. Es lo que se ha conocido como como tácticas de simplificación de la producción, que no es más que un ardid mediante el cual, emporios como la Polar y trasnacionales como Procter and Gamble y Colgate Palmolive, entre otras, solamente sacan al mercado las presentaciones más grandes de sus productos, para favorecer tanto el bachaquerismo, como las compras nerviosas.
Estas grandes empresas se han “autosaboteado”, o se han aliado con otros proveedores para alterar sus procesos de distribución, modificando rutas y horarios. Así se ha estimulado la escasez y la inflación inducidas. En resumen, hemos transitado por un difícil escenario de guerra que incluye: bloqueo financiero internacional, absurdas manipulaciones del riesgo país, contrabando de extracción, caotización de los sistemas de producción-distribución, y manipulación artificial del tipo de cambio, mediante el ya tristemente famoso portal mayamero.
Ataque simbólico
Semejante cuadro amerita una respuesta contundente. En la sesión de cierre del curso de Economía para No Economistas, Luis Salas, Luis Enrique Gavazut y Carlos Lazo, emitieron duras críticas contra un empresariado que en líneas generales consideran tremendamente ineficiente, parásito y ladrón.
Por eso recomiendan la expropiación de la joya de la Corona: Empresas Polar, poderoso conglomerado que, paradójicamente, haciendo la guerra se ha sabido posicionar en el imaginario colectivo como la única salvación de los venezolanos. El más radical quizás sea Gavazut, quien ni siquiera habló de expropiar, sino de confiscar, es decir tomar todas las plantas sin pagarle un centavo al yuppie de la cabellera bien cuidada.
“El Estado debería hacerlo para poner freno al envalentonamiento de la burguesía. Sería una señal de fuerza contundente”, expresa Gavazut quien reitera que Polar no es una empresa venezolana ya que la mayoría accionaria del grupo descansa en jugadores pesados del tablero financiero mundial, como Credit Suisse Group y Deutsche Bank.
El sociólogo e investigador, Luis Salas, advierte que no se puede dejar debilitar la autoridad estatal. “Hay que recuperar el papel interventor del Estado, no puedes ponerte por debajo, cuando eres el fuerte. Hay que recuperar la credibilidad. Nadie sale de un chantaje cediendo al mismo”.
El profesor, Carlos Lazo, va aún más allá. Plantea nacionalizar toda la banca y las clínicas privadas, porque a su juicio ya son estatales de hecho, más no de derecho. Es decir, legalmente son privadas pero dependen para funcionar casi exclusivamente del dinero del Estado.
Cortar de cuajo
“Hay que eliminar al sector privado, porque es un cáncer que hay que alimentarlo, para que destruya a la sociedad. La empresa privada no es sustentable es un obstáculo para el desarrollo de nuestro bienestar, se creen con derecho a que les entreguen las divisas, obtener gran rentabilidad y fugar eso al exterior”, sentencia Lazo.
La propuesta de la iniciativaorganizada por el portal 15 y Últimoy la Red de Códigos Libres puede resumirse en cuatro grandes recomendaciones de cara al proceso Constituyente:
- Recuperar el papel del Estado como interventor.
- Simplificar la estructura impositiva, porque encubre “el gran subsidio histórico a la burguesía”.
- Evitar a toda costa las grandes presiones para reprivatizar el negocio petrolero.
- Impedir a todo trance que alcance rango constitucional la figura de “créditos blandos” para la burguesía, al igual que la materia prima.
De terror
No hay que ser un erudito para saber que sugerencias de este tenor le pondrán los pelos de punta a más de uno. Especialmente a gente que milita en el chavismo, pero se ubica en las antípodas, como el analista, director de la Encuestadora Hinterlaces y ahora Constituyente por el sector empresarial, Oscar Shemel, quien ha emitido fuertes críticas al Gobierno, abogando por soluciones urgentes, pero defendiendo en todo momento la capacidad de un empresariado realmente comprometido con el desarrollo nacional.
Palabras más, palabras menos, Shemel se inclina por una suerte de vuelta al Keynesianismo pero a la venezolana, que se podría resumir en la vieja consigna de: “tanto Estado como sea necesario y tanto mercado como sea posible”. Según los sondeos de su empresa apenas un 2% de los venezolanos está de acuerdo con las expropiaciones.
Además refiere que la guerra económica ha abierto una suerte de espacio para el consenso, donde 91% de la población está de acuerdo con un diálogo entre el gobierno y la empresa privada y 69% de la gente quiere un Estado que regule la economía.
Entretanto, el Presidente de la República, Nicolás Maduro, ha señalado seis grandes líneas de trabajo: 1) Liberación de la dependencia petrolera, 2) Producir todo lo que se necesita para satisfacer las necesidades del pueblo, 3) convertir los 15 motores de la Agenda Económica Bolivariana como base para el desarrollo, 4) Desarrollar una economía exportadora, 5) Vencer la inflación inducida por la guerra económica y 6) Incentivar una cultura productiva.
A su vez, la Asamblea Nacional Constituyente ha iniciado un proceso de consulta nacional para recabar propuestas nacionales y por sectores acerca del modelo económico que hay que impulsar. Después de esta larga, pero apretada síntesis, nos surgen más preguntas que respuestas, ¿Existen los empresarios honestos como asegura Shemel o todos son un cáncer como expresa Lazo?, ¿Con la Constituyente se habrán exorcizado las veleidades golpistas de Mendoza?, ¿Debemos expropiarlo o seguirnos calando su chantaje?, he allí varios detalles como diría Cantinflas. ¿Usted qué cree?
DesdeLaPlaza.com/Daniel Córdova Zerpa