Algarabía y celebración se ha vivido en el seno de la Convención del Partido Demócrata en Estados Unidos, toda vez que aseguran tener a la primera candidata a presidenta en la historia de su país. Hillary Clinton fue la Secretaria de Estado de Barack Obama y ahora se alza como la principal rival de Donald Trump de cara a las elecciones por dominar el Salón Oval de la Casa Blanca.
Sin embargo, la tristemente célebre política estadounidense no es la primera mujer en postularse a la jefatura de Estado de su país, solo que la historia oficial y los grandes medios de comunicación se han dado a la tarea de esconder un hecho tan notable y curioso como que una mujer opte, en ese país, a ser presidenta.
Su nombre era Victoria Woodhull y tenía 33 años cuando fue nominada a la Casa Blanca por el Partido por la Igualdad de Derechos. No solo se trataba de una mujer, sino de una activista que defendía el derecho de la mujer al voto, la libertad sexual y la igualdad ante la ley. Su carrera política fue tan osada, que se postuló a presidente cuando todavía las mujeres no tenían derecho al voto en tierras del sueño americano.
En 1872 su candidatura fue oficializada, cuando afirmó que «la agitación del pensamiento es el comienzo de la sabiduría. Pero eso me gusta».
En su trayectoria figuran la publicación de un semanario junto a su hermana, llamado Woodhull and Claflin’s Weekly. Luego de un matrimonio violento, Victoria se convirtió en firme defensora del amor libre y de la libertad de la mujer en materia sexual. «La libertad sexual para todos, la libertad de los monógamos de practicar la monogamia, y la de los que eligen múltiples parejas de tenerlas», era lo que pregonaba Woodhull.
En ese semanario también publicaron el Manifiesto Comunista de Marx, que no era poca cosa para la época. Y, por supuesto, fue una firme defensora del derecho al voto de la mujer, aunque aún faltarían casi 50 años para que eso ocurriera.
Un grupo de activistas que pertenecía a la Asociación por el Voto Femenino, fundó el Partido por la Igualdad de Derechos y en 1872 postuló a Woodhull como candidata a la Casa Blanca, aunque para ese momento Victoria se encontraba en la cárcel. Acusada de haber publicado «material obsceno» en su semanario, fue privada de su libertad durante mucho tiempo junto a su hermana.
No hay registros de que esta candidata a presidenta haya recibido apoyo de otra organización política, pero su candidatura fue un hecho. ¿Por qué sus acciones no figuran en las portadas de la gran prensa mundial cuando hablan de Hillary Clinton? ¿Por qué el hecho de que sea la primera candidata del Partido Demócrata borra de la historia a Victoria Woodhull? Son preguntas que, tal vez, se responden por sí solas con el perfil y los intereses de los grandes poderes económicos de Estados Unidos.
DesdeLaPlaza.com/Simón Herrera