Una interesante mezcla de sangre pueblana de México y sangre escocesa dio nacimiento en 1941 a Joan Chandos Báez, conocida artísticamente solo como Joan Báez. Portavoz de intensas luchas sociales, esta hermosa voz ha recorrido un largo camino de reconocimiento artístico, pero sin dejar de lado la lucha por las ideas en las que creyó, aunque llegara a ser contradictoria.
Tal vez esta inclinación la heredó de su padre, Albert Báez, un brillante científico que se negó a formar parte del Proyecto Manhattan, el cual terminó dando forma a la bomba atómica en Estados Unidos. Así las cosas, Joan es reconocida como una de las figuras de la música de protesta de la década de los 60.
Sin embargo, la Madonna original (su apodo en 1959 por su resaltante belleza y su potente voz), también tiene una notoria carrera por su música que logró un amplio éxito comercial y logró abrir el camino a otros artistas a quienes versionó. Uno de ellos y de los más resaltantes: Bob Dylan.
Báez también es recordada por su cercana relación con Dylan. No solo interpretó muchos de sus temas, escribió junto a él y caminaron de la mano en muchas de las luchas para las cuales prestaron su voz e imagen; también compartieron un romance, tal vez corto, pero significativo para ambos.
“Ahora me dices que no estás nostálgico. Entonces dame otra palabra para eso, tú que eres tan bueno con las palabras y en mantener las cosas tan vagas. Porque necesito algo de esa ambigüedad ahora. Todo está volviendo muy pronto. Sí, te amé profundamente y tú estás ofreciéndome diamantes y óxido que yo ya pagué”. Así dice la última estrofa de Diamonds and rust (Diamantes y óxido), uno de los más grandes éxitos comerciales de Joan y donde canta sobre su relación con Dylan.
Las luchas y las ideas
Pero dejemos todo eso atrás. Tal vez hoy en día, a sus 75 años, Joan no sea reconocida o recordada como una de las grandes artistas de los 60, como sí podríamos decirlo de Los Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan o Janis Joplin; sin embargo, algo en lo que ha sido constante Joan durante su vida ha sido en su activismo político.
En 1956 se sintió profundamente conectada con el discurso de Martin Luther King Jr. y a partir de ese momento lo acompañó en su lucha por los derechos civiles de la comunidad negra en Estados Unidos. De hecho, el tema We shall overcome (Nos impondremos) que interpretó en apoyo a la causa, se convirtió en la canción de protesta por definición de la década de los 60.
En la consolidación de los derechos civiles también apoyó la causa de los sexodiverso: participó también en eventos de Harvey Milk durante los 70.
Joan también se opuso firmemente a la invasión de Vietnam. No solo trató de boicotear el proceso de reclutamiento del ejército –por lo cual fue presa en dos ocasiones- sino que además viajó al país asiático para constatar y denunciar las violaciones a los derechos humanos que cometían los soldados de su país.
Por supuesto, participó en el festival de Woodstock en 1969, que fue un extenso y sonoro canto en contra de las guerras que venía promoviendo Estados Unidos alrededor del mundo.
En actividades similares participó Báez a principio de los años 90, cuando se opuso a la invasión al Golfo Pérsico (decretada por Bush padre) y luego la invasión a Afganistán e Irak (liderada por Bush hijo).
La Madonna de la protesta hasta llegó a viajar a Chile, Argentina y Brasil durante las dictaduras militares del cono sur. Aunque por allá no se llegó a presentar por temor a ser capturada o asesinada. De hecho, por su herencia latina, Báez hablaba perfectamente el español y hasta llegó a interpretar temas de Mercedes Sosa y otras canciones en nuestro idioma. Tal vez el más célebre: Hasta siempre Comandante Che Guevara.
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Sin embargo, no podemos dejar de mencionar algunas contradicciones en la trayectoria de Joan Báez, pues apoyó –y se presentó- en Yugoslavia a favor de la balcanización, aludiendo a “las violaciones de derechos humanos que cometió el comunismo”, sin embargo, parece que no vio ninguna violación de la Otan en esas tierras. Igualmente protestó contra el gobierno chino por considerarlo “autoritario y violador de los derechos humanos”.
Pero en fin, Báez se mantiene activa a sus 75 años de edad y sigue apoyando causas justas a pesar de sus deslices. Su voz tersa y potente sigue dando escenario a la lucha por la paz, aunque no esté en el foco de los medios de comunicación o del star system. Joan Báez siempre será la bella y contestataria Madonna.
Mis discos de la semana
– Joan Báez – Joan Báez, vol. 1
– Smashing Pumkings – Machina, the machines of god
– The Cranberries – No need to argue
DesdeLaPlaza.com / Simón Herrera