«Nosotros llevamos un registro de 69 asesinados hasta la fecha este año. Eso es muy alarmante», dijo el coordinador residente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Colombia, Fabrizio Hochschild.
«A la misma fecha el año pasado eran 35, eso quiere decir que este año la tendencia está por doblarse y eso es un retroceso muy importante, muy lamentable en términos de protección a líderes sociales, líderes comunitarios», agregó en rueda de prensa.
Entre los 69 activistas asesinados hay 38 reportados por la ONG colombiana Somos Defensores, más los homicidios de «líderes sociales y políticos» contabilizados por la ONU.
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Hochschild instó a las autoridades «a usar todas sus capacidades de inteligencia, todas sus capacidades judiciales, para no solamente proteger a esas personas sino ir más allá y asegurar que se pueda judicializar a los responsables».
«Esos líderes, sobre todo en regiones apartadas, merecen mayor protección», dijo.
Hochschild no se refirió a los posibles responsables de estos homicidios en un país azotado por un conflicto armado de más de medio siglo, en el que han participado guerrillas, paramilitares, bandas narcotraficantes y agentes estatales.
Sin embargo, el representante en Bogotá del Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos, Todd Howland, había señalado en marzo pasado a las bandas criminales, surgidas tras la desmovilización de grupos paramilitares hace casi una década, como el principal reto de seguridad del país.
«Están atacando y amenazando a protectores y defensores de derechos humanos, líderes comunitarios, agentes del Estado y reclamantes en el proceso de restitución de tierras, cuando se oponen a sus intereses políticos, económicos o criminales», dijo entonces Howland.
A la ONU le preocupan especialmente los «líderes de la izquierda a nivel local» de cara a las elecciones regionales de octubre, y los «representantes afrodescendientes de los consejos comunitarios en la región Pacífico» (oeste), una conflictiva zona de narcotráfico.
Los dirigentes afro han sufrido allí «muchas amenazas y en algunos casos homicidios», además de desplazamientos, apuntó Hochschild.
DesdeLaPlaza.com/EFE/AMH