Las alarmas por contaminación recorren el planeta, siendo “uno de los problemas de salud pública más importantes del mundo”, así lo afirma la directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira.
En ese aspecto, la titular recuerda que “la contaminación causa siete millones de muertes prematuras al año”.
Además, no solo se trata de enfermedades respiratorias: “Las partículas PM-2,5 [las más pequeñas] también entran en nuestro sistema sanguíneo y causan infartos y enfermedades cardiovasculares”, agrega.
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Proyecciones de la Contaminación
Prueba de ello, lo evidencian los sistemas de control y alerta que empiezan a generalizarse, ciudades como Milán, Roma y Nápoles que han restringido el tráfico en diciembre para reducir la concentración de partículas PM-10 después de escuchar sobre la alerta.
Por otro lado, en Madrid, tuvieron que aplicar medidas parecidas por la acumulación de dióxido de nitrógeno, el fenómeno va ligado a la concentración de la población en las ciudades.
Según las proyecciones indican que en 1994, 2.300 millones de personas vivían en zonas urbanas, veinte años más tarde ese número se incrementó a 3.900, lo que supone la mitad de la población mundial.
La previsión de la Organización de las Naciones Unidas(ONU) es que en el 2050 se llegue a los 6.300 millones: casi el 70% de los seres humanos se concentrará en entornos urbanos.
La ONU calcula que el ritmo más alto de la tasa de urbanización se dará en África y Asia, donde ya están localizadas las aglomeraciones más grandes del planeta como lo muestran Tokio (37,32 millones) y Nueva Delhi (22,7).
Niveles peligrosos
En consecuencia de este problema, un reciente estudio de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) mostraba la evolución de las concentraciones de dióxido de nitrógeno entre 2005 y 2014.
En el estudio, se aprecia una reducción de la presencia de este contaminante en Europa y Estado Unidos (EE.UU) en la última década, pero se observa un crecimiento considerable en las ciudades de India y China.
Otras urbes, como El Cairo, tienen un nivel de polución 20 veces mayor que lo recomendado por la OMS. Los 18,8 millones de cairotas respiran una cantidad de gases tóxicos equivalente a fumar un paquete de cigarrillos al día y el gobierno conociendo estos efectos no realiza medición periódica de la contaminación.
Para contrarrestar este flagelo ciudades de América del Sur como Sao Paulo con (21,1 millones de habitantes) han implementado un plan estratégico para el periodo 2014-2016, como que el 100% de la flota de autobuses se alimente de fuentes renovables o programas para reducir el uso de coches.
“Una parte fundamental del problema viene de los combustibles fósiles”, apunta la funcionaria de la OMS, María Neira. A pesar de estar desencadenado por gases diferentes, el calentamiento global y la polución comparten enemigo. “Si no se cambia el modelo por el clima, hagámoslo por la salud”, añade la portavoz del organismo internacional.
Nueva Delhi, el aire más sucio del mundo
En el 2015 la OMS asigno a la capital Nueva Delhi como el peor aire del mundo y estas calificaciones no han pasado por debajo de la mesa porque este invierno el Tribunal Supremo de Delhi reiteró que era una “situación de emergencia”.
El Supremo y el Gobierno de la ciudad decretó medidas para aminorar la crisis desde el 1 de enero y durante dos semanas. Entre las cuales podemos mencionar por ejemplo, reducir a la mitad el número de vehículos privados en la ciudad y se ha prohibido temporalmente la venta de coches diésel con motores de más de 2.000 centímetros cúbicos, así como la entrada de camiones de más de 10 años.
“Este es solo un comienzo para empezar a reducir la contaminación, pero consideramos que es bueno”, enfatiza Anumita Roy Chowdhury, directora del Centro para la Ciencia y el Medioambiente.
Los cambios deben ser permanentes
“Deben realizarse cambios que perduren: un transporte público que logre que la gente deje los coches, mejores rutas que conecten diferentes partes del país para que los camiones no tengan que cruzar Nueva Delhi”, manifiesta Prashant Kumar, de la Universidad de Surrey.
A partir desde el mes de abril el Índice Nacional de Calidad del Aire monitorea la contaminación en las ciudades, pero no hay un sistema de alerta; tampoco en Delhi, donde entre 2007 y 2014 las partículas aumentaron un 98% y el dióxido de nitrógeno, un 55%.
“Hace solo un par de años que en India se ha estado tomando consciencia de la contaminación. Este es un proceso en el que todos estamos aprendiendo, desde la gente, los medios, el gobierno. Necesitamos seguir haciendo política al respecto y que se transforme en regulaciones a nivel nacional en grandes ciudades y también en más pequeñas que ya empiezan a sufrir de estos problemas”, resaltó Chetan Bhattacharji, editor de la televisora NDTV.
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