Desde la reinstauración de la democracia en 1983 gobernar la Argentina no ha sido tarea fácil. Desde aquel entonces, en apenas 22 años, han desfilado 7 mandatarios diferentes por la Casa Rosada cuyas gestiones han sido alabadas y cuestionadas por los diversos grupos sociales que conforman la nación austral.
Sin embargo, los últimos 12 años de historia de la nación sudamericana estuvieron marcados por la llegada de Néstor Kirchner al poder en mayo de 2003, quien junto a su esposa Cristina Fernández de Kirchner dieron forma a la denominada “Era K”.
La premisa con la cual iniciaba este proyecto político buscaba no volver a repetir la fórmula que llevó al país a aquel 3 de diciembre de 2001, mejor conocido como “El corralito financiero”, cuando un clímax de inestabilidad política, social y económico provocó un colapso en las estructuras de poder de la época.
Esta nueva gestión liderada por los Kirchner comprendería un ambicioso programa de medidas sociales que generaron un gran impacto en el desarrollo económico nacional y que tuvo tanto grandes alabanzas por parte de la ciudadanía como fuertes rechazos por parte de los empresario.
Esto último motivó a que, el 10 de Diciembre de 2015, los argentinos llevaran a la dirección de la nación del sur a un hombre que busca llevar a cabo una profunda reforma de 180° grados en el país, especialmente en lo económico, con el fin de romper con el modelo que se había conocido hasta ahora. Su nombre: Mauricio Macri; su promesa electoral fue por demás simple: “que cada día que pase los argentinos vivan un poco mejor”. A pesar de que nunca explicó cómo lo haría, el hijo de empresarios ganó la presidencia por una estrecha ventaja de votos.
Lo económico: Desmitificar el “corralito” y comenzar a “trabajar en equipo”
La llegada de Macri al poder generó una expectativa en los mercados internacionales y contó, como era de esperarse, con la reticencia de parte de la ciudadanía, dado el temor a que se repitiese el colapso económico sucedido apenas 15 años atrás.
Ha pasado un mes y tras la implementación de un conjunto de decisiones económicas, a través del nuevo ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, el Ejecutivo decretó el fin del “cepo cambiario” y avanzó hacia la liberación del dólar, lo que automáticamente redujo el valor de la moneda argentina a pesrmar de que Macro había prometido tajantemente «no devaluar la moneda». Como parte de una agenda económica que ha incluido hasta la fecha:
• La eliminación de todos los derechos de exportación que eran cobrados a los productos agropecuarios y a las economías regionales.
• El aumento de las tasas de interés para depósitos a plazo fijo tanto en pesos como en dólares.
• Asumir y negociar la deuda por y el litigio abierto con los acreedores y los llamados “fondos buitre”. Perdiendo así para Argentina los logros que el gobierno de Cristina Fernández había logrado ganar contra los fondos buitres.
• El canje de tres Letras Intransferibles del Tesoro Nacional, emitidas por un monto total de US$ 16.000 millones, por nuevas emisiones de títulos Bonar 2022, Bonar 2025 y Bonar 2027.
• Acuerdo para el adelgazamiento de hasta 15 mil millones de dólares del gasto público que corresponde al financiamiento de subsidios como servicios de luz; agua, transporte, telefonía, capital de empresas públicas y fondos fiduciarios, lo que se traduce en alto costo de la vida para el ciudadano de a pie.
Esta serie de medidas han traído como consecuencia que gran parte de la ciudadanía desaprueben la gestión actual, todo esto debido a que consideran que se ha avanzado hacia una gran devaluación de la moneda y que va en detrimento de las clases más desposeídas.
Por otra parte, otros sectores de la población creen que esta fórmula empleada por el primer mandatario por dolorosa que resulte permitirá “la recuperación de la economía” y “la sincerización de los precios” para estabilizar el mercado nacional.
Lo social: Revisión y ejecución de nuevos planes de asistencia
Tras el tema económico, uno de los aspectos más delicados que ha tenido que enfrentar la gestión actual es la posible eliminación por parte del gobierno de los planes y beneficios sociales alcanzados durante la era kirchnerista.
La premisa que emana de parte de la dirección ejecutiva es que “es necesario recortar el gasto nacional para optimizar los recursos”. Este conjunto de medidas han dejado un sabor agridulce entre diversos sectores de la sociedad, especialmente cuando son afectados aquellos que ven mermados sus ingresos por la pérdida de su empleo. Entre las decisiones tomadas por la nueva gestión destacan:
• El pago de 400 pesos adicionales (30 dólares aprox.) a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (creada durante el gobierno de Kichnner), así mismo se extendió el beneficio a las mujeres embarazadas adscritas al programa y a los jubilados que perciben el haber mínimo.
• El cese del programa de Precios Cuidados hasta el 6 de mayo próximo, referentes a la canasta alimentaria que comprende más de 300 productos y cuyos precios tendrán un aumento progresivo del 4%.
• La creación de un proyecto de créditos y subsidios a los tamberos (lecheros) con el fin de aupar el crecimiento del sector lácteo que pudiera verse afectado por la caída de los precios, la pérdida de rentabilidad y los costos de producción.
• Un plan de despidos, revisiones de contratos y la suspensión de empleados de la administración pública.
Este último caso pareciera ser muy escabroso, especialmente cuando se refiere a despidos masivos como el ocurrido contra los 600 empleados del Centro Cultural Kirchner a quiénes no se les renovó su continuidad laboral ya que según el alegato de la vocería oficial “carecen de algún nivel de organización”. Hasta la fecha, los gremios sindicales contabilizan que la suma de actos de esta índole ha generado la pérdida de más de 15.000 puestos de trabajo.
Lo político: el controvertido caso de los decretos presidenciales
El sillón de Rivadavia pareciera ser mágico. El carácter político que Macri le ha otorgado a su gestión la marca del pragmatismo que le envuelve inclusive como figura pública. Todo este conjunto de decisiones realizadas en su mayoría por la vía de polémicos decretos, ha sido percibido por la población como un intento de reajustar el espectro político argentino a favor del poder Ejecutivo. En este primer mes lo más destacado ha sido:
• El intento de designación por decreto del ex ministro de Justicia y Derechos Humanos, Horacio Daniel Rosatti y a Carlos Rosenkrantz, como jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
• La intervención de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) y la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información (Aftic) por un período de 6 meses. El surgimiento de esta medida aunada a la nueva Ley de Ministerios promulgada por Macri, obliga a que estos dos organismos queden supeditados al Ministerio de Comunicación. Dicha decisión fue respaldada por uno de los holdings mediáticos más grandes del país: el Grupo Clarín, quien gracias a la Ley de Medios aprobada durante el kirchnerismo vio recortado sus privilegios.
• La elaboración de un protocolo de acciones frente a las protestas callejeras y piquetes que se han venido suscitando a raíz de las continuas manifestaciones generadas por los trabajadores. El caso más emblemático ha sido la imputación contra la activista social de la organización Madres de la Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini por convocar a la protesta pública.
• El sobreseimiento otorgado al primer mandatario por la causa en la que estaba siendo procesado por los casos de escuchas ilegales contra Néstor Leonardo y un familiar de víctimas del atentado a la AMIA conocido como Sergio Burstein.
• La fuga y recaptura de los tres prófugos Víctor Schilacci, Martín y Cristian Lanatta los cuales estaban indicados por el triple crimen cometido en 2008 contra un grupo de empresarios.
Pero… ¿Realmente la gente sabe hacia dónde se dirige Argentina?
Debido a la suma de las distintas decisiones empleadas hasta ahora, los partidarios del kirchnerismo han llamado a la “resistencia nacional” en contra de las medidas impuestas por el primer mandatario tan sólo en sus primeros 30 días de mandato. Por otra parte, la Unión Cívica Radical, partido perteneciente al frente Cambiemos elaborado por Macri, ha manifestado que le resulta positiva la gestión del primer mandatario.
Las diferencias surgen a raíz de que el nuevo proyecto llevado a cabo por el primer mandatario ha llegado a irrumpir el escenario político sudamericano que había estado predominado durante los últimos años por gobiernos progresistas, de gran tendencia social. Prueba de ello, es la tensión que se generó entre la figura de Macri y su homólogo Nicolás Maduro, como se reflejó en el impasse con la canciller venezolana Delcy Rodríguez en la reciente cumbre del Mercosur.
Algunos consideran que es necesario darle una oportunidad, y varios consideran inaceptable aceptar la estructura socio-política y económica que el nuevo gobierno quiere dejar en el país. De momento, cada día que transcurre se escribe una página más en el libro de la historiografía del país del sur y aun cuando queden todavía muchas más páginas por escribir; el último juez de este capítulo será, en todo caso, única y exclusivamente el pueblo argentino y su jurado el tiempo.
DesdeLaPlaza.com / Emanuel Mosquera