Un preso del estado de Alabama (EE.UU.) que fue condenado a muerte por un asesinato cometido en 2004 quedó en libertad tras conseguir la anulación de su sentencia y pasar casi diez años entre rejas, informaron este jueves sus abogados.
Montez Spradley, afroamericano de 32 años, fue condenado en 2006 a la pena capital sin que la acusación aportase más pruebas que el testimonio de su exnovia, quien declaró en el juicio que el hombre había confesado, en privado, la autoría de ese crimen.
Spradley, que siempre defendió su inocencia, fue condenado a muerte pese a que el jurado recomendó por diez votos a dos una sentencia de cadena perpetua.
En Alabama los jueces pueden ejercer su poder de dictar sentencias diferentes a las que recomienda el jurado, una potestad que también tienen los magistrados de los estados de Florida y Delaware aunque no hacen uso de ella.
«Más del 20 % de los condenados a muerte en Alabama lo han sido por la decisión de un juez de revocar la cadena perpetua por la que había optado el jurado», explicó Anna Arceneaux, la abogada de la Asociación Estadounidense de Derechos Civiles (ACLU) que se hizo cargo del caso de Spradley en 2008.
En 2011, el Tribunal de Apelaciones Criminales de Alabama anuló la sentencia a muerte de Spradley al detectar irregularidades durante su primer juicio y ordenó llevar de nuevo el caso a una corte.
Durante el segundo juicio, celebrado en 2013, su equipo legal logró demostrar que la exnovia de Spradley había cobrado 10.000 dólares como recompensa para declarar, un hecho que la acusación nunca reveló.
Pese a la falta de indicios, la acusación no retiró los cargos en su contra y, para evitar una nueva sentencia desfavorable, la defensa de Spradley decidió aceptar un trato que le permitiría salir de la cárcel en algunos años sin tener que declararse culpable.
Finalmente, Spradley quedó en libertad el viernes pasado tras nueve años y medio entre rejas, según informó la ACLU.