A pesar de los triunfos obtenido en las distintas primarías del partido Republicano en Estados Unidos, Donald Trump aún tiene mucho camino por recorrer.
Su última victoria fue en el estado de Florida, donde derrotó al senador de origen cubano Marco Rubio, quien finalmente renunció a su empeño por obtener la nominación a candidato presidencial.
Previo a Florida, el multimillonario, había salido triunfante en Misuri, Carolina del Norte e Illinois. A pesar de ello y de perfilarse como el candidato más favorecido por la militancia republicana, no tiene asegurada su candidatura.
La piedra de tranca
Según un trabajo publicado por la BBC la derrota que sufrió el empresario en Ohio ante el gobernador de esa entidad, John Kasich, pudiera ser, irónicamente, la que lo saque de competencia.
Para poder lograr su puesto en la papeleta presidencial, Trump debe lograr un total de 1.237 delegados a la convención del partido Repúblicano, que se celebrará en julio en Ohio, para asegurarse la nominación.
Será de esa reunión de donde salga el nombre del candidato por ese partido a la Casa Blanca.
Según la BBC, parte del problema para el empresario, es que si bien el magnate se ha impuesto en 20 de los 31 estados disputados hasta la fecha, solo Florida, Illinois y Ohio le dan todos sus delegados al ganador, en lugar de repartirlos entre los candidatos.
Trump acumula hasta el momento un total de 673 delegados, mientras que sus rivales Ted Cruz acumula 411 y Kasich 143.
Para poder asegurar su postulación, debe hacerse primero con el favor del 55% del electorado que aún falta por votar.
«Cruz y Kasich están bien posicionados para arrebatarle delegados a Trump, especialmente en los estados del medio oeste y la zona de las Montañas Rocallosas”, se puede leer en la página de la BBCMundo.
Si hay algo que ha dejado claro el magnate es que nada está seguro y que a pesar de lo que opinan los analistas, él puede dar la sorpresa.
DesdeLaPlaza.com/BBCMUndo/RAL