Uno de los hallazgos históricos más importantes pertenecientes a documentos redactados hace 200 años, actualmente está a la disposición de la consulta de los venezolanos gracias al historiador ecuatoriano Amílcar Varela, quien en sus investigaciones sobre los archivos del Libertador Simón Bolívar, encontró el manuscrito original y en castellano de lo que se conoce como la Carta de Jamaica.
En una entrevista realizada por Ciudad CCS al historiador Valera, dio a conocer que la carta la carta que había hallado era la original, por lo que entregó a Venezuela un facsímil del manuscrito auténtico a Venezuela.
En el foro itinerante La Carta de Jamaica en el Siglo XXI, organizado por la Alcaldía de Caracas. El documento ahora forma parte del Archivo General de la Nación.
“Desde niño, por mi padre, tenía conocimiento de la obra de Bolívar, entonces sabía el asunto de la carta, que estaba perdida”, enfatizó el historiador Amílcar Varela en entrevista con Ciudad CCS.
A partir de esta inquietud, Varela desde siempre se dedicó a investigar los archivos existentes del Padre de la Patria. “Buscando en los archivos de documentos originales para escribir un poco y tratar de contribuir al conocimiento de nuestras verdades de la historia, encontré un documento que tenía el título de la carta que, se le denomina de Jamaica. No demoré nada en asegurarme de que la había encontrado, vi el documento y dije: ¡es esa! Eso fue en 1996”.
Luego del descubrimiento, el investigador tuvo que hacer infinidades de trámites para demostrar que se trataba del manuscrito original. “Hice varias gestiones para que fuera revisada por expertos, y se hiciera el reconocimiento y la autenticación del mismo, pasé mucho tiempo en eso”, explicó.
El investigador confiesa que la carta estaba en el Archivo Histórico del Banco Central del Ecuador, en el Fondo Jacinto Jijón y Caamaño. “Estaba registrado como un anónimo y sin fecha. Nadie le hacía caso, estaba ahí en el olvido”.
La Carta de Jamaica se encontraba en Ecuador
¿Cómo llegó allí? Varela cuenta que Manuela Sáenz tuvo que ver con que ese documento llegara a Ecuador.
Cuando Manuelita estaba en Bogotá, después de la muerte de Bolívar, Francisco de Paula Santander, que era contrario a los ideales del Libertador, la expulsa a Jamaica en 1834.
Allí, Manuelita, se preocupa por ver lo que hizo Bolívar en Jamaica y logra obtener una recopilación de diversos documentos de Bolívar, según Varela.
Luego, ella sale de Jamaica a inicios de 1835, va a Panamá, atraviesa en caballo posiblemente el istmo y ya en el atlántico va a Guayaquil. Varela cuenta que Manuelita trata de irse a Quito, porque ella era quiteña, pero en la ciudad de Guaranda, le llega la notificación del presidente de Ecuador Vicente Roca Fuerte, quien la expulsa de su país.
En el momento que le notifican la expulsión de Ecuador, para que se regrese al puerto de Guayaquil, también le pierden cosas.
“Con todo lo que llevó, una parte se pierde: papeles, ropa, entre otras. Llega a Perú y después de varios años se enferma y muere. Con el argumento de que se podía propagar la enfermedad, dicen que le quemaron todas sus cosas. Pero después aparecen documentos de Manuelita en otra parte, lo que quiere decir, es que se sustrajeron muchos de ellos”, recalcó Valera.
Su ardua labor dio frutos
El significado de recuperar este documento va mucho más allá de ser un archivo y un registro. “Al recuperar la carta, también debemos recuperar el ideal bolivariano, en Venezuela y en toda América, para que tratemos de contribuir con fuerza, a la construcción de una sola Patria, nueva, grande, fortalecida, como decía Bolívar: ‘Con las artes, las ciencias y con bienestar para todos’, eso es a lo que aspiramos y eso podría ser el valor de haber recuperado el documento”, enfatizó.
Respecto a los años de lucha que entregó en esta labor, afirma que su familia fue fundamental para nunca darse por vencido.
“Todos mis hijos y nietos estaban preocupados siempre de lo que yo hacía, me veían, me preguntaban y me animaban espiritualmente. Tuve que hacer mil cosas para que se reconociera el documento, pero nadie me hacía caso”, contó.
Finalmente, recalcó que resultó complejo el proceso de lograr que se verificara lo que él afirmaba sobre el documento. “Fue difícil, me demandaba tiempo, esfuerzo y dinero. Ninguna institución me apoyó. Todo el proceso fue con mi esfuerzo y el de mi familia”.
DesdeLaPlaza.com/CiudadCCS/MD