Si tu marido no te quiere quiere, baby
Mejor tu dale banda, por qué
Porque esta noche sí se bebe bebe, baby
Nos vamo’ hasta que el sol salga
Y yo sé, que esta noche tú te atreve bebe, por qué
Si las botellas aquí no faltan, baby
Porque esta noche sí se bebe bebe, baby
Nos vamo’ hasta que el sol salga
Y yo sé, que esta noche tu te atreve.
Si tu marido no te quiere (2016)
Ozuna,
“El negrito ojos claros”
Es un día cualquiera en la cotidianidad de Facebook. Tengo sopotocientas ventanas abiertas, la agenda al lado, música rodando en Youtube. Probablemente ya me reí de un montón de memes que vi, y ya los compartí y etiqueté amigxs. Tengo uno que debe estar harto de mí (JR, lo siento… Tú más que nadie entiende cómo los memes sintetizan muy bien lo que sentimos/pensamos/atravesamos de manera necesariamente jocosa), pero por lo menos me pone la carita esa nueva de “haha” y me los comenta. Nos divertimos en la distancia.
De repente, una notificación del Messenger: “oye sabes que te vi en la foto de un amigo” (¿?) “me parece que eres muy bonita. tienes novio?”. Me río. No a carcajada suelta, pero ya a estas alturas me río. Lo comento con una amiga, nos reímos juntas. Ella me pregunta “marica, ¿pero no te conoce?” Le respondo “Nah, chica. No sé quién es”. Me pregunto qué esperan como respuesta. ¿Será “Hola, lindo. Gracias por tus bonitas palabras hacia mí, qué bello. Emoticón de monito, emoticón sonrojado, emoticón con lentes oscuros”?.
Todo un adolescenteo sumamente aburrido. Nos la secan, caballeros. Lija. Arena. Desierto. Tierra árida producto de la deshidratación prolongada. A una amiga le han escrito joyitas de este calibre, cito (juro que no cambié nada del texto original): «AQUI ESTOY..viendo tu piel morena, tus delicadas aunque fuertes manos, tu MIRADA EN LAS FOTOS..” (ok, tengo miedo) “Q M GUSTARIA VERTE EN PERSONA…PERO..POR AHORA TE VEO POR AQUÍ” (bórralo. Tengo mucho más miedo y me provoca cerrar esta verga de red social gracias a ti).
De pana, bebé. De pana. Me haces reír en banda, pero no. Siempre es mejor que Daniela te quiera conocer cuando estamos viendo pelis en sitios webs gratis a que salga algún vampiro destos.
Dígame cuando el sonidito de las notificaciones empieza plin, plin, plin, plin, plin. Y del lado inferior izquierdo de la ventana te sale notificación tras notificación de gente dándole Like a publicaciones tuyas del 2012…. Por Jesucristo y sus clavos, hazme el favor. Me hace recordar cuando el MSN Messenger avisaba que alguien se conectaba y se desconectaba: fuin, fuin, fuin, fuin, fuin. Malparido, ¡pará! En Facebook una piensa “Me estás estalkeando. Tú lo sabes, yo lo sé…”. Si vamos a estalkear no le demos Like, ¿no? ¿Dignidad, vergüenza, algo? ¿Nada?
No importa cuál sea la lírica que se lancen, todas son un poco absurdas pero sumamente divertidas. Audaces, cómicas, fastidiosas, babosas, cochinas… y absurdas. Pero lo absurdo en estos tiempos nuestros se hace funcional porque estamos clarxs que alguna de esas personas que nos escribió, lo logró. Así sea “chamita, chamita. me gusta verte las nalgas chamita”, “epa, este mi número bb. escribeme” o “Coño, me gustó burda ese texto que escribiste el otro día. Creo que equilibras bien tus incoherencias machistas” a alguno de esos mensajes le vamos a responder. Y lo que viene luego, pues es historia.
Ojalá pudiesen ver mi cara del otro lado de la pantalla mientras leo senda lírica, sería buen material de stand up. Mientras veo cómo le contesto (sí con la misma torpeza, o peor) o lo ignoro, me pregunto “coño, ¿por qué todo tiene que ser por Facebook?”. Recuerdo con cariño cuando me daba tanta pena pedirle el número al compa, o esperaba, bien machista yo, que fuera él quien se acercara.
El gancho está, precisamente, en toda la danza del flirteo en el socialmedia y la virtualidad. Todo es editable, repensable, escupible. Y de repente sale un meme que visibiliza al pelo lo que ocurre, lo que sentimos respecto a un pedacito de cotidianidad banal en nuestras vidas, pero que como a muchxs nos pasa y nos sentimos identificadxs, nos une. Gracias Dios de los Memes por unirnos y hacernos el infierno de las relaciones sociales más llevadero.
Ahora el facebookeo es la medida de las cosas (inserte acá carita triste de Whatsapp): no importa si ya nos conocíamos o es una persona nueva, si no pasa por Facebook, no sucede nada. El Facebook es como el SENIAT de las relaciones sociales, sean las que sean. Y bueno, sí, toca adaptarse en un océano de LiriKings que cada a día se vuelven más duchos en el flirteo virtual. Darwinismo a mil: selección natural del socialmedia o muerte.
Peeero, aún hay existe una cosa que se llama hablar con café, cerveza, té, ron, salsa, cine. ¿La conocen? Dícese de una práctica antigua que implicaba y permitía la comunicación frente a frente entre dos o varias personas. Lxs que no son Millenials recordarán con dicha aquella práctica tan bonita de antaño. ¡Volvamos al pasado! Osea, sí: que vivan La Patria, el sexo y los memes. Pero, joder, no nos midamos la vida por los últimos. ¿No?
Gráficas: Jah Río