Las imágenes de satélite se utilizan, entre otras cosas, para predecir el tiempo o monitorear fenómenos naturales que se producen a gran escala. También en acciones bélicas, para rastrear el territorio y seguir los movimientos del enemigo. Muchos sospechan que las agencias de espionaje y los gobiernos las utilizan incluso para vigilar nuestros pasos. Y quizá no vayan tan mal encaminados al dirigir sus suspicaces ojos hacia el cielo.
La resolución que tienen hoy en día estas «fotografías espaciales» es suficiente para descubrir que el vecino está ocupando un terreno que debería formar parte de tu jardín. Incluso para algo más serio, como seguirle la pista a un coche robado.
Raymond Harris, experto en geografía y sensores remotos y el “abogado espacial” Raymond Purdy (ambos investigadores del University College de Londres) se percataron del potencial de estas instantáneas de altos vuelos para resolver casos de lo más terrenal. Y por eso acaban de poner en marcha un negocio único hasta la fecha: han abierto en Londres la primera agencia de detectives espaciales, Aire & Space Evidence.
Cada uno aporta sus conocimientos y experiencia. Purdy, que ha trabajado en varios proyectos de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) y la británica, entre otros méritos, se encarga de los asuntos que tienen que ver con la legislación. Harris, por su parte, se ocupa de encontrar y analizar las instantáneas adecuadas para cada situación. Peter Hjerp, especializado en el uso de las tecnologías para la gestión ambiental, es el tercer miembro del equipo.
Desde la Plaza/Ciencia Hoy/AMH