El abuelo del hula hula

en pleno centro de Caracas

Más de una década

entreteniendo en la Candelaria

Caracas está llena de artistas callejeros que nos entretienen y a veces, por nuestro agitado ritmo de vida, no les prestamos la debida atención que merecen. Tal es el caso de José Bestilleiro, un abuelito de 80 años, oriundo de España; el cual todas las tardes divierte a peatones y conductores que transitan la Avenida Urdaneta con el arte popular del hula hoop o hula hula.


Bellisteiro tiene vasta experiencia en esto, es más de una década que tiene allí “jugando con el don que Dios le dio”. A su edad y con una salud resquebrajada por una afección pulmonar, el artista asegura que no es impedimento para ir a su muro todos los días de 4 a 6 de la tarde a realizar su rutina diaria. “Juego muy bien al hula, esto es algo excitante, que me emociona y me distrae mucho.

Su entusiasmo no se ve opacado por su visible protuberancia en la parte trasera del cuello, debido al desgaste que sufre por girar el aro plástico todos los días, por varias horas. Los años no llegan solos, y tarde o temprano pasan factura; queramos o no.


No le gusta visitar al médico porque “los médicos enferman más a la gente”. Sin embargo, dice tomar sus medicinas para mitigar un poco el dolor que le da a diario en sus piernas, sobre todo en las noches; cuando es despertado por el mismo y tiene que levantarse a caminar.


El simpático anciano habló también sobre sus finanzas, el dinero que gana dice que le da “para medio vivir”, cuando los transeúntes pasan, le dan dinero por su espectáculo. Él lo recibe de buena gana, les da la bendición con mucha dulzura y continúa su faena con seriedad.


Anteriormente las autoridades no lo querían allí, pero Bestilleiro aseguró que su presencia es necesaria en el semáforo porque ha evitado accidentes, “¿No ves como dirijo el tránsito?”, 
dijo con emoción.

El artista recuerda cuando un autobusero se paró en el rayado, “regañaron al chofer por su imprudencia. Le toqué la camioneta desde mi muro para que se detuviera porque casi se lleva por el medio a unas personas”.


Enrique Ñáñez, un transeúnte que pasa a diario por allí, conoce al abuelito del hula hoop desde hace más de 10 años, “cuando llueve él no viene. Pienso que es muy feliz y la gente lo extraña cuando por alguna razón no está. El día que su familia lo meta en su casa, perderá toda su alegría.
 El hula hula lo mantiene en la línea, ¡Él está en lo propio!”


Galeria


Bestilleiro como padre y como abuelo

El artista callejero enviudó hace algunos años, de esa unión nació su hija, la cual no aprueba lo que hace el señor José en las tardes. Ni ella, ni sus 3 nietos lo saludan al verlo cuando está en el semáforo, dicen que él no tiene porqué trabajar en ese sitio.


Sin duda, este es un personaje de nuestra cultura urbana que hace más llevadero el tráfico, y a su vez divierte a los peatones que bordean los carros que doblan hacia el elevado de la avenida Andrés Bello.


Mientras veía al señor José hacer su espectáculo, no pude evitar evocar recuerdos infantiles que creía perdidos de una canción que oía por aquellos días, “Pronto tu lo aprenderás, si lo bailas como yo, tiene un nombre singular y se llama hula-hoop”…


La diversión no tiene edad y queda más que demostrado con este “joven eterno”, que la alegría y las ganas de vivir no provienen de elementos externos, sino que nacen de nuestra disposición. El mejor valor que tenemos los seres humanos es el hacer. ¡Vamos entonces a vivir hasta donde nos den las fuerzas!


Video

 

 

 

 

El Abuelo del Hula Hula


Textos: Miguel De la Rosa


Diseño: Simón Míguez


Fotografía/Video: Daniel Tineo